Se clasifican igual que las otitis externas, si bien la otitis
media crónica (simple,
colesteatomatosa, serosa, timpanosclerótica, tuberculosa) puede reagudizarse en cualquier momento, y se
considera una urgencia, como la otitis media aguda.
Clínica y exploración
La forma de presentación clínica depende
del momento de su evolución: Suele
empezar, sobre todo en niños, como un catarro
de vías respiratorias altas: rinorrea,
obstrucción nasal, sensación de taponamiento de oído, otodinia leve. Si el proceso no se detiene, se presenta como
una ototubaritis: autofonía, taponamiento, otodinia de intensidad leve a moderada, acufenos,
retracción de la membrana timpánica. Si se produce sobreinfección bacteriana, se origina una otitis media aguda
presupurada, que se caracteriza clínicamente por otodinia intensa, hipoacusia, acufenos, fiebre y
afectación del estado general. En la
otoscopia se observa una membrana timpánica muy enrojecida o abombada. Si no se trata o el tratamiento es
inadecuado, la otitis evoluciona hacia una otitis media aguda
supurada: otorrea seropurulenta,
hipoacusia y mejoría del dolor,
los acufenos, la fiebre y el estado general. En la otoscopia, el tímpano presenta una pequeña perforación puntiforme
anteroinferior por la que drena el líquido seropurulento.
Tratamiento
El tratamiento depende del momento evolutivo en que se encuentre:
En las fases catarrales y en la ototubaritis se administra: • Suero fisiológico en ambas fosas nasales. • Descongestivos nasales, como
oximetazolina (Respir®, nebulizador de 10 ml al 0,05%) en dosis de una nebulización cada 6 h durante 5 días; o antihistamínicos en
aerosol, como azelastina (Afluon
nasal®, 140 μg/pulsación), en dosis de una pulsación en cada fosa nasal cada 12 h durante 5 días. • Mucolíticos, como
ambroxol (Mucosan®, Naxpa®, jarabe con 15 mg/5 ml), en dosis de 45 mg (15 ml) cada 8 h por vía oral. En las fases presupurada y supurada, el tratamiento inicial es idéntico al descrito en las otitis externas; es decir, analgésicos-antiinflamatorios y antibióticos tópicos, cuyas
dosis y forma de presentación ya se han
expuesto. El tratamiento antibiótico sistémico incluye: • Como primera elección, se administra: amoxicilina-ácido clavulánico (Augmentine®, comprimidos y sobres de 875 + 125 mg; Augmentine Plus®, comprimidos de 1.000 + 62,5 mg) en dosis de 875 + 125 mg/8 h o
1.000 + 62,5 mg/cada 8 h; o cefuroxima axetilo (Zinnat®, comprimidos y sobres de 500 mg) en dosis de 500 mg/12 h por vía oral durante 7–10 días. • Como alternativa, se administra azitromicina (Zitromax®, sobres de 500 mg y 1 g) en dosis de 500 mg/ 24 h por vía oral durante 3 días. • En
situaciones especiales que requieran tratamiento parenteral, el antibiótico de elección es la
ceftriaxona (Rocefalin®, viales con 1 y 2 g) en dosis de 12 g/24 h por vía intramuscular o intravenosa. La resolución de la perforación timpánica, si no hay complicaciones, suele ser espontánea ad integrum a las pocas semanas.
Si no se resuelve, se trata de una otitis media crónica, que puede ser simple (perforación simple,
generalmente central, y fondo de mucosa de la caja sano) o colesteatomatosa
(perforación marginal, generalmente posterosuperior, con fondo de mucosa de
la caja con granulaciones o escamas blancas). Ambos procesos requieren cirugía diferida; miringoplastia en la forma simple, y timpanoplastia en
la forma colesteatomatosa.
OTITIS MALIGNAS
Entre las otitis crónicas merece especial interés la otitis maligna, antiguamente llamada otitis externa maligna.
Se trata de una infección crónica del oído por Pseudomona
aeruginosa. Se presenta
predominantemente en pacientes diabéticos o inmunodeprimidos, y se caracteriza por una otorrea crónica seropurulenta, verdosa, resistente al tratamiento médico habitual, acompañada a menudo de parálisis facial periférica. La otoscopia
puede revelar desde un tejido
de granulación que oblitera todo el
conducto auditivo externo a una lesión granulosa o polipoide que asienta en la caja. El diagnóstico de confirmación se realiza de forma diferida mediante cultivo de la muestra y
tomografía computarizada de oído medio y mastoides, donde se observa destrucción ósea del peñasco. El tratamiento de elección se realiza con: Ciprofloxacino (Baycip®, comprimidos de 250, 500 y 750 mg) en dosis de 500 mg/12 h por vía oral durante 10 días, asociado a norfloxacino (Chibroxin®, colirio
0,3%) en dosis de una gota cada 6 h en el oído afectado durante 10 días. Si hay dolor se prescriben analgésicos, como dexketoprofeno trometamol (Enantyum®, comprimidos y sobres de 25 mg), en dosis de 25 mg/8 h por vía oral. Si el dolor no cede, se administra tramadol (Adolonta®, cápsulas de 50
mg) en dosis de 50 mg/8 h por vía oral.
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