2015/09/09

ABSCESOS DE LA REGIÓN ANORRECTAL

ABSCESOS DE LA REGIÓN ANORRECTAL
 Clasificación
Los abscesos de la región perianal pueden clasificarse en: Perianales. Isquiorrectales: lateral a los esfínteres y por debajo del músculo elevador del ano. Submucosos o intermusculares altos: entre los esfínteres externo e interno o por dentro del esfínter interno. Pelvirrectales: por encima del músculo elevador del ano.
 Etiología Pueden tener un origen glandular no específico o ser secundarios a otros procesos, como la enfermedad inflamatoria intestinal, carcinoma, cuerpos extraños, traumatismos, linfogranuloma venéreo, tuberculosis, actinomicosis o secuela postoperatoria o radioterápica.
 Clínica y exploración
Absceso perianal e isquiorrectal Suele presentar dolor anal intenso, pulsátil, que aumenta con las maniobras de Valsalva y se acompaña de una tumoración perianal dolorosa, a menudo fluctuante y con signos de flogosis, y fiebre. El tacto rectal puede ser normal o detectar una masa dolorosa en el canal anal. Cuando el absceso isquiorrectal es bilateral, el dolor se irradia a ambos lados y hacia la cara posterior del canal anal.
Absceso submucoso o intermuscular alto El dolor rectal es más insidioso; el paciente puede presentarse con drenaje espontáneo de pus al recto y expulsión por el ano. El tacto rectal suele detectar una tumoración lisa y dolorosa en un plano de la parte superior del canal anal o del recto inferior. La realización de una anuscopia permite objetivar el absceso y su orificio de drenaje en el canal rectal y anal.
Absceso pelvirrectal A diferencia de los anteriores, suele tener un comienzo menos claro, sin manifestaciones locales en la región anorrectal, pero con fiebre y malestar general. En estos pacientes es importante obtener datos referentes a antecedentes de infecciones recientes o de cirugía en la pelvis. El tacto rectal puede revelar una masa dolorosa en la parte alta de la pelvis. Cuando se evalúa un absceso de la región anorrectal, debe realizarse una búsqueda sistemática de orificios fistulosos. En la mayoría de los casos es posible palpar el trayecto fistuloso bajo la piel perianal como un cordón fibroso, radial en el hemiano anterior, y curvilíneo, dirigido hacia la línea media posterior (regla de Goodsall), en el hemiano posterior. Los orificios fistulosos pueden ser abiertos (con o sin supuración) o cerrados, y asociados o no a la presencia de un absceso, en cuyo caso hay que proceder a su drenaje.
 Tratamiento El tratamiento de los abscesos de la región anorrectal depende de la fase en la que se encuentre la lesión y su etiología.

Fase celulítica El tratamiento consiste en la administración de: Antibióticos, como amoxicilina-ácido clavulánico (Augmentine®, comprimidos y sobres de 875 + 125 mg; Augmentine Plus®, comprimidos de 1.000 + 62,5 mg) en dosis de 875 + 125 mg/8 h o 1.000 + 62,5 mg/8 h por vía oral; o clindamicina (Dalacin®, cápsulas de 150 y 300 mg), en dosis de 300 mg/6 h, por la misma vía. Antiinflamatorios no esteroideos, como ibuprofeno (Neobrufen®, comprimidos de 400 y 600 mg; Espidifen®, sobres de 400 y 600 mg) en dosis de 600 mg/8 h por vía oral. Fase de absceso El tratamiento se basa en el desbridamiento y drenaje quirúrgicos, sobre todo en el absceso perianal, para evitar su progresión hacia una sepsis generalizada (gangrena de Fournier). En la intervención es importante buscar el posible orificio fistuloso interno, ya que en el caso de que exista una fístula, se lleva a cabo sólo el drenaje del absceso, dejando el tratamiento de ésta para un segundo tiempo. Si hay una causa específica (enfermedad de Crohn, tuberculosis, etc.), se añade el tratamiento correspondiente.

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