2015/08/14

PÉRDIDA BRUSCA DE VISIÓN

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INTRODUCCIÓN
La integridad de la agudeza visual es un parámetro que permite diferenciar una enfermedad ocular banal de una grave. Es importante precisar, si fuera posible, la rapidez con que se ha instaurado la pérdida de visión y los signos acompañantes. Hay que recordar que, debido a la superposición de los campos visuales de ambos ojos, un déficit visual que afecte a un solo ojo puede tardar mucho tiempo en ser advertido por el paciente si no va acompañado de otros síntomas. Las principales enfermedades oculares que originan una pérdida brusca de la visión son la oclusión arterial retiniana, la obstrucción venosa, la neuritis óptica, la hemorragia vítrea, el desprendimiento de retina y la uveítis posterior.
 OCLUSIÓN ARTERIAL RETINIANA
 Es la oclusión de la arteria central de la retina, o de alguna de sus ramas, de origen embólico. Se caracteriza por pérdida brusca de la visión, indolora, que puede afectar a una porción o a todo el campo central. El paciente presenta un defecto pupilar aferente y la exploración fundoscópica revela una imagen característica: la zona retiniana afectada es de aspecto lechoso y sobre ella resalta la mácula (aspecto de mácula rojo cereza). A veces puede objetivarse el émbolo causante. Esta entidad se trata de una emergencia oftalmológica, por lo que requiere ingreso hospitalario y atención urgente por parte del oftalmólogo, y la instauración de un tratamiento precoz para evitar, en la medida de lo posible, una pérdida irreversible de la visión.


OBSTRUCCIÓN VENOSA RETINIANA
Es la obstrucción de la vena central de la retina o de alguna de sus ramas. El estudio del fondo de ojo evidencia imágenes características: aspecto congestivo, hemorrágico, con gran dilatación venosa en alguna región del fondo (obstrucción venosa de rama retiniana) o en todo el polo posterior (obstrucción de la vena central de la retina). Es importante investigar las posibles causas de la obstrucción, como hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedad cardiovascular, síndrome antifosfolípido, obesidad, tratamiento hormonal sustitutivo. El paciente debe derivarse de forma preferente a un centro hospitalario que disponga de atención oftalmológica.
NEURITIS ÓPTICA
 Se caracteriza por una pérdida de visión, de diferente grado, acompañada de dolorimiento retrobulbar al movilizar el ojo. La papila óptica está edematosa, con defecto pupilar aferente. Hay que descartar esclerosis múltiple y arteritis de la temporal. La exploración del fondo de ojo permite su diagnóstico sindrómico. La neuritis óptica requiere asistencia oftalmológica de forma preferente. Si se sospecha arteritis de la temporal (pacientes mayores de 50 años, antecedentes de cefalea, claudicación mandibular, hiperestesia del cuero cabelludo, polimialgia, anorexia, pérdida de peso, fiebre y aumento importante de la velocidad de sedimentación globular) debe instaurarse inmediatamente tratamiento sistémico con metilprednisolona (Urbason soluble®, ampollas con 8, 20, 40 y 250 mg; Urbason®, comprimidos de 4, 16 y 40 mg; Solu-Moderin®, viales con 40, 125, 500 y 1.000 mg) en dosis de 250 mg/6 h por vía intravenosa, durante 48 h (8 dosis), para continuar con 80 mg/24 h por vía oral, en dosis única matutina. Esta entidad requiere ingreso hospitalario y se considera una emergencia, ya que la demora en el inicio del tratamiento originaría una pérdida de visión irreversible.
 HEMORRAGIA EN VÍTREO
 Es una pérdida de visión de forma más o menos aguda por ocupación de la cámara vítrea por sangre. Clínicamente se caracteriza por la percepción brusca de puntos negros, de mayor o menor intensidad, con pérdida visual de grado variable. Entre sus causas destacan los desgarros retinianos y las retinopatías proliferativas. El fondo de ojo suele ser imposible de visualizar (el reflejo de fondo suele ser oscuro). Es frecuente en la diabetes mellitus. Si el paciente no percibe la luz en todos los cuadrantes, hay que sospechar un desprendimiento de retina hemorrágico.

DESPRENDIMIENTO DE RETINA
Es la separación entre el neuroepitelio y el epitelio pigmentario de la retina. Suele ser de causa regmatógena, es decir, ocasionado por desgarros o roturas retinianas por las que se introduce el humor vítreo licuado que separa las capas. El paciente puede presentar síntomas previos de miodesopsias (moscas volantes) o fotopsias (destellos luminosos). Posteriormente, con el desprendimiento de retina ya instaurado, aparece una disminución más o menos marcada de la visión y una amputación del campo visual, generalmente como una «cortina», que es reflejo de la zona de retina desprendida.
 UVEÍTIS POSTERIOR
La inflamación de la coroides (coroiditis y coriorretinitis) puede afectar a la mácula o las regiones próximas, lo que origina graves pérdidas de visión. El examen del fondo de ojo puede revelar la lesión. Es imprescindible realizar diagnóstico diferencial con las enfermedades sistémicas que pueden producirla (conectivopatías, tuberculosis). Todas las enfermedades que originan una pérdida brusca de la visión deben ser valoradas y tratadas por el oftalmólogo y, generalmente, no requieren de una actuación inmediata del médico de urgencias, a excepción de la neuritis óptica arterítica (arteritis de la temporal).

Bibliografía recomendada Brunette DD. Oftalmology. In: Marx JA, Hockberger RS, Walls RM, editors. Rosen’s Emergency Medicine, Concepts and clinical practice. 6.ª ed. Filadelfia: Mosby Elsevier; 2006:1044-1066. Chern K. Emergency ophthalmology. A rapid treatment guide, 1.ª ed. Nueva York: Mc Graw-Hill;, 2002. Ehlers JP, Shah CP, Fenton GL, Hoskins EN, Shelsta HN, Friedberg MA, Rapuano CJ. The wills eye manual (Office and emergency room diagnosis and treatment of eye disease), 5.ª ed. Filadelfia: Lippincott Williams & Wilkins;, 2008. Kahn JH, Magauran B. Ophthalmologic Emergencies. Emerg Med Clin North Am. 2008;26:1-244. Kanski JJ. Oftalmología clínica, 5.ª ed. Madrid: Elsevier, 2004. (reimpresión, 2007). Pavan-Langston D. Manual of ocular diagnosis an therapy, 6.ª ed. Filadelfia: Wolters Kluwer Health/Lippincott Williams & Wilkins;, 2008. Schabowski S. Ophtalmology. In: Roppolo LP, Davis D, Kelly SP, Rosen P, editors. Emergency medicine handbook. Critical concepts for clinical practice. Filadelfia: Mosby Elsevier; 2007:916-937. Velasco A. Manual de urgencias oftalmológicas, 1.ª ed. Madrid: Editorial Formación Alcalá;, 2002.


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