2015/12/15

TRASTORNOS PSICOSEXUALES

TRASTORNOS PSICOSEXUALES
 Las etapas de la actividad sexual incluyen excitación (estimulación), orgasmo y resolución. La excitación o estimulación desencadenante está determinada por factores psicológicos. La respuesta a la excitación que conduce a la meseta es un fenómeno fisiológico y psicológico de congestión vascular, una reacción parasimpática que causa una erección en los varones y congestión de los labios y el clítoris en las mujeres. La respuesta orgásmica incluye eyaculación en los varones y contracciones clónicas de los músculos perineales estriados análogos en varones y mujeres. La resolución es un regreso gradual al estado fisiológico normal. Aunque los estímulos de la excitación, congestión vascular y respuestas orgásmicas constituyen una sola respuesta en la persona bien adaptada, éstos pueden considerarse como etapas independientes que producen síndromes diferentes que responden a distintos procedimientos terapéuticos. _
Manifestaciones clínicas
Existen tres grupos principales de trastornos sexuales.
A.   Parafilias (trastornos en la excitación sexual) En estos trastornos, antes llamados “desviaciones” o “variaciones”, la etapa de excitación de la actividad sexual se relaciona con objetos u orientaciones sexuales diferentes de las que suelen asociarse a la estimulación sexual del adulto. El estímulo puede ser un zapato femenino, un niño, animales, instrumentos de tortura o incidentes de agresión. El patrón de estimulación sexual casi siempre tiene raíces psicológicas tempranas. Las experiencias adversas con la actividad sexual a menudo refuerzan este patrón a lo largo del tiempo.
El exhibicionismo es el comportamiento impulsivo de exponer los genitales a extraños para alcanzar la excitación sexual. Es un comportamiento sexual infantil llevado a la vida adulta.
El travestismo consiste en el comportamiento recurrente en un varón heterosexual que se viste con ropa de mujer con la finalidad de alcanzar la excitación sexual. Este comportamiento fetichista puede ser parte del juego previo a la masturbación. El travestismo en la homosexualidad y el transexualismo no tiene la finalidad de obtener excitación sexual, sino que está en función de la preferencia o trastorno en la identidad de género. El voyeurismo se refiere a la excitación sexual mediante la observación de las actividades de una persona que no se da cuenta, casi siempre mientras se desviste o mantiene actividad sexual. Tanto en el exhibicionismo como en el voyeurismo, la excitación conduce a la masturbación como sustitución de la actividad sexual.
La pedofilia es el uso de un niño de cualquier sexo para alcanzar la excitación sexual y, en muchos casos, la gratificación sexual. Con frecuencia el contacto es oral, con cualquiera de los participantes como dominante, pero la pedofilia muchas veces implica coito de cualquier tipo. Los adultos de ambos sexos participan en este comportamiento, pero por factores sociales y culturales se identifica con mayor frecuencia en varones. El pedófilo tiene dificultades con las relaciones sexuales adultas y los varones que realizan este acto a menudo son impotentes. El incesto es la relación sexual con una persona de la familia inmediata, por lo general un niño. En muchas formas es similar a la pedofilia (pedofilia intrafamiliar). Los sentimientos incestuosos son muy frecuentes, pero las tradiciones culturales suelen ser lo bastante fuertes para actuar como barrera para la expresión de los sentimientos sexuales.
El sadismo sexual es la obtención de excitación sexual al infligir dolor al objeto sexual. Gran parte de la actividad sexual tiene componentes agresivos (p. ej., mordeduras, rasguños). Sin embargo, la aceptación sexual forzada (violación) se considera principalmente un acto de agresión.
El masoquismo sexual es la obtención de placer erótico al ser humillado, esclavizado, inmovilizado y limitado. Esta práctica puede poner en riesgo la vida, ya que el ritual casi siempre incluye sujeción del cuello o asfixia parcial. La práctica es mucho más frecuente en varones que en mujeres.

B.   Trastorno en la identidad de género La identidad central de género refleja una autoimagen biológica, la convicción de que “soy un niño” o “soy una niña”, que casi siempre está bien desarrollada hacia los tres o cuatro años de edad. La disforia de género se refiere al desarrollo de una identidad sexual contraria a la biológica.

El transexualismo es un intento de negar e invertir el sexo biológico mediante el mantenimiento de la identidad sexual del género contrario. Los transexuales no alternan entre los papeles de género, sino que asumen un papel fijo de actitudes, sentimientos, fantasías y elecciones coincidentes con los del sexo opuesto, todo lo cual se remonta de manera clara a las etapas tempranas del desarrollo. Por ejemplo, los transexuales de masculino a femenino en el comienzo de la infancia actúan, hablan y fantasean como si fueran niñas. No abandonan los patrones femeninos al crecer; no trabajan en profesiones consideradas en forma tradicional como masculinas, ni tienen interés en su propio pene como evidencia de masculinidad o como órgano para el comportamiento erótico. El deseo de cambiar de sexo aparece pronto y puede culminar en la adquisición de un estilo de vida femenino, tratamiento hormonal y procedimientos quirúrgicos, como castración y vaginoplastia.

C.   Disfunción psicosexual Esta categoría comprende un gran grupo de trastornos de la congestión vascular y el orgasmo. A menudo incluyen problemas de adaptación sexual, educación y técnica, y con mucha frecuencia es el médico familiar el que los analiza, diagnostica y trata por primera vez. Hay dos trastornos frecuentes en los varones: la disfunción eréctil y los trastornos en la eyaculación.

1. La disfunción eréctil (impotencia) es la incapacidad para alcanzar o mantener una erección lo bastante firme para el coito satisfactorio; los pacientes a veces usan el término para referirse a la eyaculación prematura. Es necesario un interrogatorio cuidadoso porque las causas de este trastorno en la congestión vascular pueden ser psicológicas, fisiológicas o ambas. La mayor parte de los casos tiene una fisiopatología propia, incluye grados variables y suele ser tratable. Después del inicio del problema, un antecedente de erecciones ocasionales, sobre todo tumescencia peniana nocturna, que puede valorarse con un simple dispositivo de vigilancia o un estudio del sueño en el laboratorio del sueño, casi siempre es evidencia de que la disfunción es de origen psicológico, con la advertencia de que la reducción de la tumescencia nocturna del pene ocurre en algunos pacientes deprimidos. La disfunción eréctil psicológica es causada por factores interpersonales o psíquicos (p. ej., desacuerdos maritales, depresión). En el capítulo 23 se describen los factores orgánicos.

2. Los trastornos de la eyaculación incluyen la eyaculación precoz, la incapacidad para eyacular (trastorno orgásmico masculino), o eyaculación retrógrada. (La eyaculación es factible en pacientes con disfunción eréctil.) Por lo general, la eyaculación está conectada con el orgasmo y el control de la eyaculación es un comportamiento adquirido que es mínimo en la adolescencia y aumenta con la experiencia. Los factores patógenos incluyen aquellos que interfieren en el aprendizaje del control, por lo general, ignorancia sexual. También son frecuentes los factores psíquicos (ansiedad, culpa, depresión) y la mala adaptación interpersonal (problemas maritales, falta de respuesta de la pareja, luchas de poder). Las causas orgánicas incluyen interferencia en la inervación simpática (a menudo por intervención quirúrgica o traumatismo) y efectos de fármacos (p. ej., SSRI o simpaticolíticos). En las mujeres, las dos formas más frecuentes de disfunción sexual son el vaginismo y la frigidez.
1. El vaginismo es una respuesta condicionada en la que hay espasmo de los músculos perineales si existe cualquier estimulación del área. El deseo es evitar la penetración. Es posible que haya respuesta sexual y congestión vascular, y el orgasmo puede producirse por estimulación del clítoris.
2. La frigidez es un trastorno complejo en el que hay una falta general de respuesta sexual. La mujer tiene dificultad para experimentar sensaciones eróticas y no tiene la respuesta congestiva vascular. La actividad sexual varía de la evasión activa de la actividad sexual a un orgasmo ocasional. A veces, la disfunción orgásmica, en la que la mujer tiene una respuesta de congestión vascular, pero grados variables de dificultad para alcanzar el orgasmo, se diferencia de la frigidez. Las causas de las disfunciones incluyen técnicas sexuales deficientes, experiencias sexuales traumáticas tempranas, falta de armonía interpersonal (peleas conyugales, uso del sexo como medio de control) y problemas psíquicos (ansiedad, temor, culpa). Las causas orgánicas incluyen cualquier trastorno que pudiera causar dolor durante el coito, patología pélvica, obstrucción mecánica y deficiencias neurológicas.
 Los trastornos en el deseo sexual consisten en disminución o ausencia de la libido en personas de cualquier género, y puede ser resultado de dificultades orgánicas o psicológicas (p. ej., ansiedad, evasión fóbica). Cualquier enfermedad crónica puede consumir el deseo. Los trastornos hormonales, incluido el hipogonadismo o el uso de compuestos antiandrógenos como el acetato de ciproterona, y la insuficiencia renal crónica contribuyen al deterioro del deseo sexual. Aunque en algunas mujeres la menopausia puede producir un descenso del deseo sexual, la relación entre la menopausia y la libido es compleja y está influida por factores socioculturales. El alcohol, sedantes, opioides, marihuana y algunos medicamentos afectan el impulso y desempeño sexual.

 Tratamiento A. Parafilias y trastornos en la identidad de género
 1. Psicológico. Los trastornos en la excitación sexual que implican actividad sexual variante (parafilia), sobre todo los de naturaleza más superficial (p. ej., voyeurismo) y los de inicio reciente, responden a la psicoterapia en un porcentaje moderado de los casos. El pronóstico es mucho mejor si la motivación proviene del individuo y no del sistema legal; sin embargo, por desgracia laintervención judicial a menudo es el único estímulo para el tratamiento porque el trastorno persiste y se refuerza hasta que ocurre el conflicto con la ley. Con frecuencia las terapias se centran en las barreras a la respuesta normal de excitación; la expectativa es que el comportamiento variante disminuya conforme el comportamiento normal aumenta.
2. Conductual. Se han intentado muchas veces las técnicas de aversión y de condicionamiento operante en los trastornos de género, pero sólo tienen éxito en ocasiones. En algunos casos, los trastornos en la excitación sexual mejoran con el modelado, la representación de papeles y los procedimientos de condicionamiento. En ocasiones es eficaz la imaginación guiada para disminuir la ansiedad en los problemas de fetichismo.
3. Social. Los grupos de autoayuda facilitan la adaptación a una sociedad a menudo hostil, aunque no producen un cambio en los patrones de excitación sexual o el papel de género. La atención a la familia es muy importante para ayudar a las personas de estos grupos a aceptar su situación y aliviar la culpa por la responsabilidad que piensan que tuvieron en el origen del problema.
4. Médico. El acetato de medroxiprogesterona, un supresor del impulso sexual, se utiliza para cambiar el comportamiento sexual de varones de todas las edades. Por lo general, el inicio de acción se establece en tres semanas y los efectos casi siempre son reversibles. La fluoxetina u otros SSRI en dosis antidepresivas (cuadro 25-8) pueden reducir ciertos comportamientos sexuales compulsivos, incluidas las parafilias. Un régimen terapéutico para la parafilia grave es el uso de agonistas de la hormona liberadora de hormona luteinizante. Aunque algunos transexuales se tratan con cirugía genital reconstructiva, muchos otros se eliminan de la selección mediante periodos de prueba en los que viven como una persona del sexo opuesto antes de la operación.
B. Disfunción psicosexual
1. Médica. Es muy importante identificar alguna causa reversible. Aun si el problema no es reversible, la identificación de la causa específica ayuda al paciente a aceptar el trastorno. Por lo tanto, debe evitarse la falta de armonía conyugal, con sus efectos agravantes. De todas las disfunciones sexuales, la eréctil es la que tiene mayor probabilidad de ser de origen orgánico. Los inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5, sildenafil, taladafil y vardenafil, son fármacos orales eficaces para tratar la disfunción eréctil (p. ej., sildenafil, 25 a 100 mg orales 1 h antes del coito). Tales fármacos son eficaces para la disfunción eréctil masculina inducida por SSRI y en algunos casos de disfunción sexual relacionada con SSRI en mujeres. El uso del medicamento con cualquier nitrato, sobre todo en personas con coronariopatía, puede causar hipotensión grave, letal en algunos casos. El medicamento no parece influir en el deseo sexual y debe utilizarse sólo una vez al día. Por su efecto frecuente para retrasar la eyaculación, los SSRI son eficaces en la eyaculación precoz.
2. Conductual. Los síndromes derivados de respuestas condicionadas se han tratado mediante técnicas de condicionamiento con excelentes resultados. El vaginismo responde bien a la desensibilización con dilatadores graduados de Hegar junto con técnicas de relajación. Masters y Johnson aplicaron estrategias conductuales en todas las disfunciones sexuales, con psicoterapia de apoyo simultánea y mejoría de los patrones de comunicación de la pareja.
3. Psicológica. El uso de psicoterapia es más conveniente en casos donde predominan las dificultades interpersonales o los problemas psíquicos. La ansiedad y la culpa por los preceptos paternos contra el sexo pueden contribuir a la disfunción sexual. Sin embargo, incluso en estos casos un método conductual-psicológico combinado casi siempre produce resultados con más rapidez.
4. Social. La proximidad de otras personas (p. ej., la suegra) en la casa a menudo es un factor inhibidor de las relaciones sexuales. En tales casos, ciertas modificaciones sociales podrían aliviar el problema.

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Antecedente antiguo que se remonta a la infancia. _ sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Comportamiento recurrente de inadaptación. _ Baja autoestima y falta de confianza. _ Capacidad introspectiva mínima con tendencia a culpar a los demás de todos los problemas. _ Dificultades importantes con las relaciones interpersonales o la sociedad. _ Depresión con ansiedad cuando falla el comportamiento de inadaptación.
Generalidades
 La estructura de la personalidad de un individuo, o su carácter, es parte integral de la imagen personal. Refleja la genética, influencias interpersonales y patrones recurrentes de comportamiento adoptados para hacer frente al ambiente. La clasificación de subtipos de trastornos de la personalidad depende de los síntomas predominantes y su gravedad. Los trastornos más graves, los que llevan al paciente a un mayor conflicto con la sociedad, tienden a clasificarse como antisociales (psicopáticos) o limítrofes. Los trastornos de la personalidad pueden considerarse una matriz para algunos de los problemas psiquiátricos más severos (p. ej., de tipo esquizoide, relacionado con la esquizofrenia, y de tipos evasivos, relacionados con algunos trastornos de ansiedad)
Diagnóstico diferencial Los pacientes con trastornos de la personalidad tienden a sufrir ansiedad y depresión cuando fallan los mecanismos patológicos para enfrentar situaciones y sus síntomas pueden ser similares a los de los trastornos de ansiedad. En ocasiones, los casos más graves se descompensan hacia la psicosis bajo estrés y simulan otros trastornos psicóticos. _
 Tratamiento
A. Social Los ambientes social y terapéutico, como los hospitales diurnos, las casas intermedias y las comunidades de autoayuda utilizan la presión de coetáneos para modificar el comportamiento autodestructivo. A menudo, el paciente con un trastorno de la personalidad no se beneficia con la experiencia; y las dificultades con la autoridad afectan la experiencia de aprendizaje. Las relaciones con personas que sufren el mismo problema y la repetición posible en un entorno estructurado de una comunidad útil aumentan las oportunidades de tratamiento conductual e incrementa el aprendizaje. Cuando los problemas se detectan en forma oportuna, tanto la escuela como el hogar pueden servir de focos de presión social intensa para modificar el comportamiento, sobre todo con el uso de técnicas conductuales.
B. Conductual Las técnicas conductuales empleadas son sobre todo condicionamientos operante y por aversión. El primero tan sólo destaca la importancia de identificar el comportamiento aceptable y reforzarlo con elogios y otras recompensas tangibles. Las respuestas de aversión casi siempre implican castigo, aunque éste puede variar desde una reprimenda leve a algunas respuestas punitivas específicas como la privación de privilegios. La extinción es de utilidad, ya que se intenta no responder al comportamiento inapropiado y la falta de respuesta al final hace que la persona abandone ese tipo de comportamiento. Por ejemplo, los enfados y los berrinches disminuyen con rapidez cuando no inducen una reacción. La terapia conductual dialéctica es un programa de terapia individual y de grupo diseñado de manera específica para pacientes con tendencias suicidas crónicas y trastorno de personalidad limítrofe. Combina la atención y un modelo cognitivo-conductual para corregir la conciencia de sí mismo, el funcionamiento interpersonal, la inestabilidad afectiva y las reacciones al estrés.
C. Psicológico La intervención psicológica se conduce mejor en grupos. La terapia de grupo es útil cuando es necesario mejorar un comportamiento interpersonal específico. Este modo de tratamiento también se aplica en pacientes conocidos como expresivos, que con frecuencia actúan en forma impulsiva e inapropiada. La presión de los que comparten el mismo problema en el grupo tiende a limitar el comportamiento rudo. El grupo también identifica con rapidez los tipos de comportamiento del paciente y ayuda a mejorar la validez de la autovaloración del mismo, de manera que los antecedentes de comportamientos inaceptables puedan manejarse en forma eficaz y disminuir así su frecuencia. La terapia individual inicial debe ser de apoyo; es decir, ayudar al paciente a volver a estabilizar y movilizar sus mecanismos de afrontamiento. Si el individuo tiene la capacidad de observar su propio comportamiento, está indicada una terapia más prolongada e introspectiva. El terapeuta debe ser capaz de manejar los sentimientos de contratransferencia (que a menudo son negativos), mantener los límites adecuados en la relación (sin contactos físicos, sin importar qué tan bien intencionados sean) y refrenarse de hacer confrontaciones e interpretaciones prematuras.
D. Médico La hospitalización se encuentra indicada en pacientes con riesgo suicida u homicida alto. En la mayor parte de los casos, el tratamiento puede ofrecerse en los centros comunitarios o de hospital de día. Es posible que se requiera de antipsicóticos por periodos cortos en caso de que se haya presentado descompensación que propicie psicosis transitoria (p. ej., olanzapina [dosis 2.5 a 10 mg/día vía oral], risperidona [dosis de 0.5 a 2 mg/día vía oral], o haloperidol [0.5 a 2 mg/día vía oral fraccionada en dos tomas]). En algunos casos, estos fármacos sólo se requieren unos cuantos días y pueden suspenderse cuando el individuo recupera el nivel de adaptación establecido antes; también pueden brindar apoyo continuo. La carbamazepina, 400 a 800 mg por vía oral al día divididos en varias dosis, disminuye la gravedad del descontrol conductual. En algunos pacientes limítrofes los antidepresivos mejoran la ansiedad, depresión y sensibilidad al rechazo. Los SSRI pueden ser de cierta utilidad para disminuir el comportamiento agresivo en pacientes impulsivos. _

Pronóstico Las categorías antisocial y limítrofe casi siempre tienen pronóstico reservado. Los individuos con antecedente de maltrato por parte de los padres y antecedente familiar de trastornos del estado de ánimo tienden a presentar los mayores desafíos terapéuticos

SEUDOTUMOR CEREBRAL (hipertensión intracraneal benigna)

SEUDOTUMOR CEREBRAL
(hipertensión intracraneal benigna)
Cefalea que se agrava con el esfuerzo. _ Puede haber defectos visuales o diplopía. _ La exploración revela papiledema. _ Suele hallarse parálisis ocular por lesión del nervio motor ocular externo.
muchas causas del seudotumor cerebral. Una es la trombosis del seno venoso transversal como complicación no infecciosa de la otitis media o la mastoiditis crónica; la trombosis del seno sagital puede causar un cuadro clínico similar. Otros factores abarcan neumopatía crónica, trastornos endocrinos, como hipoparatiroidismo o enfermedad de Addison, intoxicación por vitamina A y consumo de tetraciclina o anticonceptivos orales. Se han presentado algunos casos por abstinencia de corticoesteroides después de su uso prolongado. Sin embargo, en muchos casos es imposible identificar una causa específica y el trastorno remite de forma espontánea después de varios meses. _
 Manifestaciones clínicas A. Signos y síntomas
 Los síntomas de seudotumor cerebral consisten en cefalea, diplopía y otros trastornos visuales por papiledema y disfunción del nervio abductor. La exploración revela papiledema y cierto crecimiento de los puntos ciegos, pero por lo demás los pacientes se ven bien.
 B. Imagenología Los estudios no muestran evidencia de un tumor y la tomografía computarizada define ventrículos pequeños o normales. La venografía por resonancia magnética ayuda a identificar trombosis en los senos venosos intracraneales.
C. Estudios de laboratorio La punción lumbar confirma la hipertensión intracraneal, pero el líquido cefalorraquídeo es normal. Los estudios de laboratorio ayudan a descartar algunas de las causas ya mencionadas.
_ Tratamiento El seudotumor cerebral no tratado provoca atrofia óptica secundaria y amaurosis permanente. La acetazolamida (250 mg por vía oral tres veces al día) disminuye la formación de líquido cefaloraquídeo y puede utilizarse para iniciar el tratamiento. Algunas veces también son necesarios los corticoesteroides orales (p. ej., prednisona, 60 a 80 mg/día). A los pacientes obesos se recomienda que bajen de peso. La punción lumbar repetida para abatir la presión intracraneal y retirar líquido cefalorraquídeo es eficaz, pero ahora las opciones farmacológicas son más satisfactorias. El tratamiento se vigila mediante la revisión de la agudeza visual y los campos visuales, la apariencia del fondo ocular y la presión del líquido cefalorraquídeo. El trastorno empeora después de un periodo de estabilidad, lo cual indica la necesidad de seguimiento a largo plazo. Si no se logra controlar la presión intracraneal con el tratamiento médico, se procede a la colocación quirúrgica de una derivación lumboperitoneal o de otro tipo, o bien a la descompresión subtemporal o fenestración de la vaina del nervio óptico, para conservar la visión. Además de las medidas mencionadas, cualquier causa específica de seudotumor cerebral exige tratamiento apropiado. Por consiguiente, deben iniciarse las medidas terapéuticas hormonales cuando haya algún trastorno endocrino de base. La suspensión de tetraciclina, anticonceptivos orales o vitamina A permite la involución del seudotumor cerebral originado por estos fármacos. Si la fuente es la abstinencia de corticoesteroides, ha de reiniciarse el fármaco para luego reducirlo de forma gradual. _
 Cuándo referir Todos los pacientes deben referirse. _

Cuándo hospitalizar Deben hospitalizarse todos los enfermos que requieren colocación de una derivación o fenestración de la vaina del nervio óptico.

ABSCESO CEREBRAL

ABSCESO CEREBRAL
Signos y síntomas que se presentan en una tumoración intracraneal expansiva. _ Puede haber signos de infección primaria o cardiopatía congénita. _ Es probable que no haya fiebre. 
Generalidades
 El absceso cerebral se presenta en la forma de una tumoración intracraneal y surge como secuela de una enfermedad en el oído o la nariz; puede ser la complicación de alguna infección de cualquier parte del organismo o consecuencia de una infección introducida de forma intracraneal por un traumatismo o procedimiento quirúrgico. Los microorganismos infecciosos habituales son estreptococos, estafilococos y anaerobios; las infecciones mixtas no son infrecuentes. _
 Manifestaciones clínicas A. Signos y síntomas Los primeros signos son cefalea, somnolencia, falta de atención, confusión y convulsiones, seguidos de signos de hipertensión intracraneal y luego un déficit neurológico focal. Es posible que haya poca o ninguna evidencia sistémica de infección.
B. Imagenología y otros estudios
La CT de la cabeza muestra de manera característica un área con concentración del medio de contraste en torno a un centro de baja densidad. Pueden identificarse anomalías similares en personas con neoplasias metastásicas. Los resultados de la MRI permiten a menudo reconocer encefalitis focal o un absceso. La arteriografía indica la presencia de una lesión que ocupa un espacio, la cual se observa como una tumoración avascular con desplazamiento de vasos cerebrales normales, pero este procedimiento no aporta indicios sobre la naturaleza de la lesión.
La aspiración estereotáctica con aguja permite identificar el microorganismo etiológico específico. El análisis del líquido cefalorraquídeo no ayuda al diagnóstico y puede desencadenar un síndrome por hernia. A veces hay leucocitosis periférica.
Tratamiento
 El régimen terapéutico consiste en antibióticos intravenosos combinados con drenaje quirúrgico (aspiración o extirpación), si es necesario para disminuir el efecto de tumoración, algunas veces incluso para establecer el diagnóstico. Con frecuencia, los abscesos <2 cm pueden curarse con fármacos. Se usan antibióticos de amplio espectro, seleccionados con base en factores de riesgo y microorganismo causal probable, si se desconoce el agente infeccioso  Un régimen habitual consiste en penicilina G más una cefalosporina de tercera generación más metronidazol. Se agrega nafcilina si se sospecha infección con Staphylococcus aureus. El régimen se modifica una vez que se tienen los datos de sensibilidad. Por lo general, el tratamiento antibiótico se continúa por vía parenteral durante seis a ocho semanas, para proseguir por vía oral durante dos a tres meses. El paciente debe vigilarse mediante CT o MRI en serie cada dos semanas y en caso de cualquier deterioro.

La dexametasona (4 a 25 mg cuatro veces al día, según sea la gravedad, seguidos de reducción gradual de la dosis con base en la respuesta) puede disminuir el edema relacionado, pero tal vez sea necesario el manitol intravenoso

PSICOLOGIA DE LA OBESIDAD