ASCARIOSIS
(ascariasis) y TRICURIOSIS (tricuriasis)
Tos transitoria,
urticaria, infiltrados pulmonares, eosinofilia. _ Síntomas abdominales inespecíficos. _ Huevecillos en las heces; algunas veces se expulsan gusanos adultos
en las heces. Ascaris lumbricoides es el helminto intestinal más
frecuente; infecta a casi un cuarto de la población mundial, con cálculos cercanos
a 1 000 millones de parasitosis, 12 millones de casos agudos y 10 000 o más
muertes cada año. La prevalencia es elevada en los sitios donde las condiciones
higiénicas y sanitarias son deficientes o donde se usan las heces humanas como
fertilizante. Las parasitosis intensas son más frecuentes en niños. La
afectación se produce por la ingestión de huevecillos en alimentos
contaminados. Aquéllos se transforman en larvas en el intestino delgado,
penetran a la corriente sanguínea, migran a los pulmones y luego se desplazan
por las vías respiratorias de regreso al tubo digestivo, donde se transforman
en gusanos adultos. Éstos pueden medir hasta 40 cm de largo y vivir por uno a
dos años.
_ Manifestaciones clínicas
Casi todas las
personas con parasitosis por Ascaris permanecen asintomáticas. Un
pequeño porcentaje presenta síntomas durante la migración de los gusanos por
los pulmones, con fiebre, tos improductiva, dolor torácico, disnea y
eosinofilia, en ocasiones con neumonía eosinofílica. Raras veces las larvas se
alojan de manera ectópica en cerebro, riñones, ojos, médula espinal y otros sitios
y pueden precipitar síntomas locales. Las parasitosis intestinales leves casi
nunca causan síntomas.
En la
infestación intensa, puede haber molestia abdominal. También es factible que
los gusanos adultos migren y se expulsen con la tos, se vomiten o salgan por la
nariz o el ano. Además, pueden migrar a colédoco, conducto pancreático,
apéndice y otros sitios, lo cual provoca colangitis, colecistitis, absceso
hepático piógeno, pancreatitis, ictericia obstructiva o apendicitis. En las
infestaciones muy intensas, las masas de gusanos pueden ocasionar obstrucción
intestinal, vólvulo, intususcepción o la muerte. Aunque las manifestaciones
graves de la infestación son infrecuentes, la prevalencia tan elevada de la
ascariosis hace que haya gran cantidad de personas, en especial niños, con
secuelas graves. Las cargas de gusanos moderadas a altas en niños también se
relacionan con alteraciones nutricionales por disminución del apetito e
ingestión de alimento, además de la menor absorción de nutrimentos.
El diagnóstico de ascariosis se establece
después que los gusanos adultos emergen por la boca, la nariz o el ano o
mediante la identificación de los huevecillos característicos en las heces.
Dada la carga muy alta de huevecillos, casi nunca se necesitan técnicas de
concentración. Los estudios de imagen delinean los gusanos, con defectos de
llenado en los estudios con contraste y algunas veces evidencia de obstrucción
intestinal o biliar. La eosinofilia es notoria durante la migración de los
gusanos, pero puede estar ausente durante la parasitosis intestinal. _
Tratamiento Lo ideal es que se traten todas las parasitosis. Los tratamientos
de elección son albendazol (400 mg en dosis única oral), mebendazol (500 mg en
dosis única oral o 100 mg dos veces al día por tres días) o pamoato de pirantel
(11 mg/kg en dosis única oral, máximo 1 g). Estos fármacos son muy tolerables,
pero pueden tener efectos tóxicos gastrointestinales leves. Ahora se consideran
seguros para los niños mayores de un año de edad y durante el embarazo, aunque
es mejor evitar su empleo en el primer trimestre. Por lo general, la
obstrucción intestinal responde al tratamiento conservador y fármacos
antihelmínticos. La intervención quirúrgica es necesaria en caso de apendicitis
y otras complicaciones gastrointestinales.
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