DISFUNCIONES
ERÉCTIL Y SEXUAL MASCULINAS
La disfunción
eréctil tiene causas orgánicas y psicógenas. _ La disfunción eréctil orgánica constituye en ocasiones un signo
temprano de enfermedad cardiovascular y se debe investigar. _ Su frecuencia aumenta con la
edad.
Generalidades
La disfunción
eréctil se define como la incapacidad continua para lograr y mantener una
erección del pene lo suficientemente rígida para el desempeño sexual. Esta
condición afecta a cerca de 30 millones de estadounidenses, y su incidencia se
relaciona con la edad. Aproximadamente 52% de los hombres entre 40 y 70 años de
edad experimentan disfunción eréctil. La mayor parte de los casos tienen una
causa orgánica más que psicógena. La erección masculina normal es un fenómeno
neurovascular que depende de la inervación autonómica y somática peniana
conservada, de la musculatura lisa y estriada de los cuerpos cavernosos, así como
del piso pélvico, y de un flujo sanguíneo arterial proveniente de las arterias
pudendas. La erección se consigue y se mantiene por el incremento del flujo
sanguíneo, la relajación activa de la musculatura lisa de los sinusoides
contenidos en los cuerpos cavernosos del pene e incremento en la resistencia
venosa.
La contracción de
los músculos bulbocavernosos e isquiocavernosos resulta en mayor rigidez del
pene con presiones intracavernosas que exceden por mucho la presión arterial
sistólica. El óxido nítrico es un neurotransmisor clave, el cual inicia y
sostiene la erección; sin embargo, otras moléculas contribuyen también como son
la acetilcolina, las prostaglandinas y el péptido intestinal vasoactivo. La
disfunción sexual masculina se manifiesta de diversas formas y son necesarios
los antecedentes médicos del paciente para clasificarla y tratarla en forma
adecuada. Los andrógenos influyen en gran medida en el deseo sexual de los
varones. La ausencia de libido indica una deficiencia androgénica de
origen hipotalámico, hipofisario o testicular. La ausencia de erecciones es
secundaria a causas arteriales, venosas, neurógenas o psicógenas. Diversas
enfermedades dañan uno o más de estos mecanismos. La disfunción endotelial, que
se define por la menor biodisponibilidad de óxido nítrico con el deterioro
ulterior de la vasodilatación arterial, merece especial atención puesto que al
principio se acompaña de disfunción eréctil y con posterioridad degenera en un
problema cardiovascular ateroesclerótico más generalizado y grave. Además,
numerosos fármacos, como antihipertensores y antidepresivos, se acompañan de
disfunción eréctil. Es importante establecer si el paciente tiene erecciones
normales por la mañana o durante el sueño. Si esto ocurre, es menos probable
que se trate de una causa orgánica. La pérdida gradual de las erecciones es más
sugestiva de un origen orgánico. La capacidad de obtener una erección pero no
de mantenerla constituye algunas veces el primer signo de disfunción
endotelial. La ausencia de emisión seminal o aneyaculación es secundaria
a deficiencia androgénica puesto que disminuyen las secreciones prostáticas y
de las vesículas seminales acompañadas de desnervación simpática como resultado
de diabetes mellitus o de operaciones retroperitoneal o pélvica. La eyaculación
retrógrada es consecuencia de una alteración mecánica del cuello vesical,
en particular después de la resección transuretral de la próstata, del tratamiento
con bloqueadores α
o por desnervación simpática. Si la libido y la erección se
encuentran íntegras, la ausencia de orgasmo suele ser de origen
psicológico. La eyaculación prematura se define cuando una persona eyacula
de manera persistente y recurrente con mínima estimulación antes que lo desee
(se asocia con malestar); puede ser primaria o secundaria. La primaria por lo
general es de origen psicógeno y en la historia clínica se puede elucidar la
presencia de otra pareja sexual, expectativas irracionales acerca del desempeño
sexual, o trastornos afectivos. La secundaria es causada por la disfunción
eréctil y puede corregirse con el tratamiento para disfunción eréctil.
_ Manifestaciones clínicas A.
Signos y
síntomas La disfunción eréctil debe distinguirse de
diversos trastornos de la eyaculación, la libido, el orgasmo y de deformidad
del pene. Se debe averiguar la gravedad de la disfunción (lograr la erección frente
a mantenerla; crónica, ocasional o circunstancial) y su frecuencia. Dentro del
interrogatorio se investiga el antecedente de hiperlipidemia, hipertensión,
depresión, enfermedades neurológicas, diabetes mellitus, nefropatía crónica y
trastornos endocrinos, así como afectaciones cardiacas o vasculopatías
periféricas. Los pacientes con traumatismos, cirugía o radiación de la pelvis
se encuentran en mayor risgo de disfunción eréctil. La deformidad del pene o la
presencia de una curvatura que impide el coito normal requieren de atención
especial ya que puede ser indicio de una enfermedad de Peyronie, lo cual puede
complicar el tratamiento. Deben observarse los efectos de los fármacos, puesto
que 25% de los casos de disfunción eréctil es de origen farmacológico.
Asimismo, debe investigarse el consumo de drogas recreativas, alcohol y tabaco,
dado que elevan el riesgo de padecer disfunción sexual. Durante la exploración
física se examinan las características sexuales secundarias. También se realiza
un examen motor y sensitivo y se palpan y cuantifican las pulsaciones
vasculares de las extremidades inferiores. Los genitales se examinan para
reconocer la presencia de cicatrices penianas o formación de placas (enfermedad
de Peyronie), además de cualquier anomalía en el tamaño o consistencia de los
testículos.
B. Datos de
laboratorio Los análisis comprenden biometría
hemática completa, perfil de lípidos y glucemia en ayuno, testosterona y
prolactina. Los pacientes con anormalidades de la testosterona o prolactina se
someten a una valoración más detallada con medición de la hormona foliculoestimulante
(FSH) y hormona luteinizante (LH) para distinguir la disfunción
hipotalámica-hipofisaria de la insuficiencia testicular.
C. Estudios
especiales Estudios ulteriores se solicitan
con base en los objetivos y antecedentes del paciente y se realizan cuando no
se conocen las causas. Las disfunciones eréctil orgánica y psicógena pueden
diferenciarse en general por los antecedentes del paciente, donde los varones con
disfunción eréctil psicógena manifiestan erecciones matutinas o nocturnas
normales o bien que su problemática es situacional. Si la diferencia aún no es
clara, se pueden obtener mayores indicios de la causa utilizando el estudio de
tumescencia peniana nocturna, donde la frecuencia y la rigidez de las
erecciones se registran por medio de un dispositivo de medición de la tensión atado
al pene antes del sueño. Los pacientes con una disfunción eréctil psicógena
tendrán erecciones nocturnas con frecuencia y rigidez adecuadas. Los pacientes
con respuesta inadecuada a fármacos orales pueden someterse a valoraciones
adicionales con inyecciones directas en el pene con sustancias vasoactivas.
Estos medicamentos (prostaglandina E1, papaverina, fentolamina o una mezcla de medicamentos)
inducen la erección en varones con sistema vascular intacto. Las personas que
responden con una erección rígida no requieren más valoraciones vasculares. Están
indicadas pruebas vasculares adicionales en pacientes que no tuvieron erección
con la inyección en el pene o bien en aquellos elegibles para cirugía vascular
reconstructiva. Algunas de éstas son la ecografía dúplex, ecografía de los
cuerpos cavernosos y la arteriografía de las arterias pudendas, ya que con
ellas es posible distinguir si la disfunción es arterial o venosa, lo que ayuda
a predecir qué paciente podría beneficiarse de una cirugía vascular.
Tratamiento La mayoría de los varones que padecen disfunción eréctil pueden tratarse
de manera satisfactoria con alguno de los procedimientos que se describen a continuación.
Los varones con una disfunción eréctil psicógena podrían beneficiarse de una
terapia sexual cognitiva conductual.
A. Sustitución hormonal Los individuos
con hipogonadismo demostrado que se han sometido a una valoración endocrina, y
en los que se ha descartado la posibilidad de cáncer prostático por medio del
antígeno prostático específico (PSA, prostate-specific antigen) y tacto
rectal, pueden recibir testosterona. Si bien este tratamiento no induce cáncer
de próstata, la concentración de PSA se eleva, por lo que se debe vigilar
cuando menos una vez al año, además del tacto rectal
B. . B. Tratamiento vasoactivo La estimulación sexual con la liberación ulterior de óxido nítrico
a partir de los nervios parasimpáticos y el endotelio inicia la erección del
pene. El óxido nítrico penetra en las células del músculo liso, aumenta el
monofosfato cíclico de guanosina (cGMP) que regula el secuestro de calcio y la
hiperpolarización celular. La fosfodiesterasa 5 (PDE-5) degrada al cGMP y
estimula la flacidez del pene
. 1. Agentes orales. El sildenafilo, vardenafilo y
tadalafilo inhiben la PDE-5, permiten que el cGMP funcione libremente, lo que a
su vez permite el flujo sostenido de sangre hacia el pene. Todos estos fármacos
son similares en su tasa de eficacia; algunos pacientes que no responden al
algún inhibidor de PDE-5 pueden tener respuesta a otro agente. Los fármacos
tienen diferencias en la afinidad al receptor así como en sus propiedades
farmacocinéticas; por tanto, tienen duración variable en su actividad y efectos
secundarios. Cada fármaco se instituye a la menor dosis y se ajusta hasta
obtener el efecto deseado. Carecen de efectos sobre la libido y el priapismo es
muy raro. Su efecto aditivo sobre los nitratos en ocasiones genera una
reducción exagerada de la precarga cardiaca e hipotensión; por lo tanto, están
contraindicados en pacientes que reciben nitroglicerina o nitratos. Asimismo,
en los sujetos bajo estudio por dolor torácico agudo se debe conocer si
consumen algún inhibidor de la PDE-5 antes de administrar nitroglicerina. La
ateroesclerosis fija del sistema aortoiliaco se relaciona con eficacia
disminuida de estos fármacos. La combinación de los inhibidores de la PDE-5 con
receptores de los bloqueadores α (que podría prescribirse en
pacientes con síntomas de las vías urinarias inferiores) puede causar una mayor
reducción de la presión sanguínea sistémica que cuando los inhibidores de la
PDE-5 se administran solos. Sin embargo, estas dos clases de fármacos pueden
combinarse de manera segura si se titulan en forma gradual y por etapas. En
ciertos pacientes, se podría requerir la combinación de inhibidores de la PDE-5
con remplazo hormonal de testosterona, ya que pueden ser necesarias
concentraciones óptimas de andrógenos para que la musculatura peniana responda
completamente a los fármacos vasoactivos. 2. Fármacos inyectados. La
inyección directa con prostaglandinas vasoactivas con o sin papaverina o
fentolamina en el pene es uno de los métodos aceptados para algunos pacientes
con disfunción eréctil. Las inyecciones se aplican con una jeringa para
tuberculina o algún otro dispositivo dosificado. La inyección se aplica en la
base y cara lateral del pene para no lesionar los vasos superficiales situados
en la cara anterior. Las complicaciones son raras pero comprenden equimosis,
mareo, dolor local, fibrosis, priapismo e infección. También se pueden
administrar prostaglandinas vasoactivas (alprostadilo) a través de un
supositorio uretral, pero son un poco menos eficaces. La erección prolongada
requiere atención médica inmediata para prevenir disfunción eréctil y fibrosis
de los tejidos cavernosos. El tratamiento inicial comprende aspiración de la
sangre del pene o inyección de algún simpaticomimético (adrenalina o
fenilefrina); si estas maniobras fracasan, se realiza un cortocircuito
quirúrgico para drenar sangre del cuerpo cavernoso.
C. Mecanismos de erección por vacío Los mecanismos de erección por vacío inducen la erección al crear un
vacío alrededor del pene, lo que sustrae sangre hacia el cuerpo cavernoso. Una
vez que se logra la tumefacción deseada, se coloca un anillo compresivo en la
base para evitar la pérdida de la erección y se retira el cilindro. Dichos
dispositivos son muy eficaces, sin importar la causa de la disfunción eréctil;
sin embargo, son difíciles de manejar, lo que hace que tengan una alta tasa de
abandono en su uso. Las complicaciones son poco comunes.
D. Prótesis penianas Las prótesis se
colocan en ambos cuerpos cavernosos; pueden ser semirrígidas, maleables o
insuflables. Se elaboran en diversos tamaños y diámetros. Incluso para los
varones con función eréctil normal, el pene permanece flácido el 90% del
tiempo; es por ello que los dispositivos inflables pueden dar una apariencia
más natural como mejor funcionalidad. Las complicaciones son poco comunes, pero
comprenden fallas mecánicas, infecciones y lesión de las estructuras anatómicas
adyacentes durante la operación.
E. Reconstrucción vascular Los
pacientes con trastornos del sistema arterial son elegibles para varias formas
de reconstrucción arterial, incluidas la endarterectomía y la dilatación con
globo en caso de oclusión arterial proximal, y procedimientos de derivación que
emplean segmentos arteriales (epigástrica) o venosos (vena dorsal profunda)
para la oclusión distal. Los sujetos con trastornos venosos pueden tratarse con
ligadura de ciertas venas (vena dorsal profunda o las venas emisarias) o los
pilares de los cuerpos cavernosos. La experiencia con procedimientos
reconstructivos vasculares aún es escasa; muchos individuos sometidos a este
tratamiento no alcanzan una erección rígida.
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