LEUCOPLASIA,
ERITROPLASIA, LIQUEN PLANO BUCAL Y CÁNCER BUCAL
Leucoplasia.
Una lesión
blanca que, a diferencia de la candidosis bucal, no puede eliminarse frotando
la superficie mucosa.
_ Eritroplasia. Similar a la leucoplasia,
excepto que tiene un componente eritematoso definido. _
Liquen plano
bucal. Se presenta con mayor frecuencia como una
leucoplasia en encaje pero puede ser erosivo; el diagnóstico definitivo
requiere biopsia. _
Cáncer bucal. Las lesiones iniciales aparecen como leucoplasia o eritroplasia;
las más avanzadas son más grandes, con invasión de la lengua de manera que es
palpable una masa. _ Puede haber ulceración Las
áreas de leucoplasia suelen ser pequeñas, pero pueden tener varios
centímetros de diámetro (fig. 8-3). En cuanto a su aspecto histológico, con
frecuencia son hiperqueratosis que aparecen en respuesta a una irritación
crónica (p. ej., por dentaduras, tabaco, liquen plano); sin embargo, alrededor
de 2 a 6% representa displasia o carcinoma epidermoide (SCC) invasor temprano.
Es importante distinguir entre eritroplasia y leucoplasia porque
casi 90% de los casos de la primera son displasia o carcinoma. El SCC explica
el 90% del cáncer de la boca. El uso de alcohol y tabaco son los principales
factores epidemiológicos de riesgo diagnóstico diferencial incluye candidosis
bucal, sialometaplasia necrosante, hiperplasia seudoepiteliomatosa, glositis
romboidea media y enfermedad inflamatoria vesiculoerosiva como liquen plano
erosivo. Éste no debe confundirse con la pigmentación melanótica gingival negra
parda (difusa o jaspeada) frecuente en personas no caucásicas, fragmentos
incrustados de color azul negro de amalgama dental u otros trastornos
sistémicos que se acompañan de pigmentación general (neurofibromatosis,
poliposis familiar, enfermedad de Addison). El melanoma intrabucal es muy raro
y conlleva un mal pronóstico. En cualquier área de eritroplasia, zona
creciente de leucoplasia o una lesión que tiene profundidad submucosa a
la palpación debe hacerse una biopsia incisional o una exploración de citología
exfoliativa. Las lesiones ulcerosas son en especial sospechosas y preocupantes.
El paciente se debe enviar desde el principio con el especialista para su
diagnóstico y tratamiento. La exploración intrabucal sistemática (que incluya
la parte lateral de la lengua, el piso de la boca, encías, área vestibular,
paladar y fosas amigdalinas) y la palpación del cuello en busca de ganglios
linfáticos crecidos debe ser parte de toda exploración física general, en
especial en individuos mayores de 45 años que fuman o beben de manera inmoderada.
En enfermos con dolor de faringe u oídos, hemorragia bucal o nasal o
eritroplasia bucal inexplicables o persistentes también debe considerarse la
exploración indirecta o fibróptica de nasofaringe, bucofaringe, hipofaringe y
laringe por un otorrinolaringólogo, cirujano de cabeza y cuello y un oncólogo
radioterapeuta. Cuando se observa un ganglio linfático crecido suele estar
indicada una biopsia por aspiración con aguja fina (FNA, fine-needle aspiration).
Hasta ahora, no se cuenta con tratamientos aprobados para revertir o
estabilizar la leucoplasia o la eritroplasia. El liquen plano bucal es
una enfermedad autoinmunitaria inflamatoria crónica relativamente frecuente
(0.5 a 2% de la población) que es difícil de diagnosticar en forma clínica por
sus diversos subtipos fenotípicos. Por ejemplo, el patrón reticular suele
simular candidosis o hiperqueratosis, en tanto que el erosivo puede parecerse a
un SCC. El tratamiento se inicia con su diferenciación de otras lesiones de la
boca. Están indicadas citología exfoliativa o una biopsia incisional o
excisional pequeña, en especial cuando se sospecha carcinoma epidermoide. El
tratamiento se dirige a aliviar el dolor y la molestia. Los corticoesteroides locales
y sistémicos se han usado de manera generalizada. También se han empleado
ciclosporinas y retinoides. Muchos autores piensan que hay una tasa baja (1%)
de SCC que surge en el liquen plano (además de la posibilidad de diagnóstico
clínico erróneo). La leucoplasia vellosa aparece en el borde lateral de
la lengua y es un primer hallazgo frecuente en la infección por VIH (cap. 31).
A menudo se desarrolla con rapidez y se ve como áreas leucoplásicas un poco
elevadas con superficie corrugada o “vellosa” (fig. 8-4). Hay informes de
respuesta clínica después de la administración de zidovudina o aciclovir, y el
tratamiento está en proceso de investigación activa. El aspecto esencial para
el éxito del tratamiento es la detección oportuna del SCC (fig. 8-5). Las
lesiones con menos de 4 mm de profundidad tienen una propensión baja a enviar
metástasis. La mayor parte de los pacientes en quienes los tumores se detectan antes
de que alcancen 2 cm de diámetro se trata con resección local. La radiación es
una alternativa, pero no suele utilizarse como tratamiento de primera línea
para lesiones pequeñas. Los tumores grandes por lo general se tratan con una
combinación de resección, disección de cuello y radiación de haz externo.
Cuando es necesario reconstruir, se lleva a cabo durante la resección y puede
incluir el uso de colgajos miocutáneos o colgajos libres vascularizados con
hueso o sin él. Varios estudios clínicos sugieren la utilidad de betacarotenos,
inhibidores de la ciclooxigenasa (COX)-2, vitamina E y retinoides en la
regresión de la leucoplasia y disminución de la incidencia del carcinoma
epidermoide recurrente. Los retinoides suprimen la carcinogénesis de cabeza y
cuello y del pulmón en modelos de animales e inhiben la carcinogénesis en
personas con lesiones premalignas. Al parecer, también disminuyen la incidencia
desegundos cánceres primarios en cabeza y cuello y en pacientes con cáncer de
pulmón tratados con anterioridad por una neoplasia primaria.
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