CARCINOMA
BASOCELULAR
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_ Pápula de color perla, placa
eritematosa mayor de 6 mm
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o
úlcera que no cicatriza, en áreas expuestas al sol (cara,
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tronco,
piernas).
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_ Antecedente de hemorragia.
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_ Persona de tez blanca con un
antecedente de exposición
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al sol
(con frecuencia intensa, intermitente).
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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
_ Generalidades
Los carcinomas
basocelulares son la modalidad más frecuente de
cáncer. Aparecen en la piel
expuesta al sol en personas de tez
blanca normales; son
causados por la luz ultravioleta. La presentación
más frecuente es una pápula
o un nódulo que puede tener
una escara o erosión central
. En ocasiones, los nódulos
tienen granulaciones de
pigmento (carcinoma basocelular pigmentado).
En personas caucásicas de
edad avanzada, los nevos
intradérmicos sin pigmento
en la cara pueden semejar carcinoma
basocelular. Estos últimos
crecen con lentitud y adquieren un tamaño
de 1 a 2 cm o un diámetro
mayor, con frecuencia después
de años de crecimiento.
Tienen un aspecto céreo “aperlado”, con
vasos telangiectásicos que
se aprecian con facilidad . La
calidad perlada
transparente de estas lesiones es la característica
de mayor importancia para
el diagnóstico y puede apreciarse
mejor si se estira la piel.
En la espalda y el tórax, los carcinomas
basocelulares se
manifiestan como placas escamosas, rojizas, un
poco brillantes.
Los médicos deben examinar
la piel de manera sistemática en
busca de tumoraciones,
placas y lesiones con escara. Cuando se
examina la cara, han de
buscarse en los bordes palpebrales y los
cantos internos, la nariz y
los pliegues del ala de la nariz, los labios
y alrededor y atrás de las
orejas. Si bien casi nunca generan metástasis,
el tratamiento de los
carcinomas basocelulares puede
causar deformaciones
estéticas importantes en estas áreas, en
particular en el caso de
lesiones recurrentes o las tratadas de
modo inadecuado.
_ Tratamiento
En lesiones que se sospecha
son carcinomas basocelulares, es indispensable
obtener una biopsia por
afeitado o en sacabocado.
Luego, el tratamiento se
dirige a la erradicación con deformación
estética mínima, por lo
general mediante ablación y sutura con
tasas de recurrencia de 5%
o menores. La técnica de tres ciclos de
raspado y electrodesecación
depende de la habilidad del cirujano
y no se recomienda para
lesiones en cabeza y cuello. Después de
cuatro a seis semanas de
curación, deja una cicatriz amplia, hipopigmentada,
en ocasiones hipertrófica.
La radioterapia es eficaz y
a veces apropiada en
personas de edad avanzada (más de 65
años), pero es más difícil
tratar los tumores que recurren después
de la radioterapia y quizá
sean más agresivos. La radioterapia es
el método más costoso para
el tratamiento del carcinoma basocelular
y sólo debe utilizarse si
no son apropiadas otras opciones
terapéuticas. La cirugía de
Mohs (extirpación del tumor seguida
de examen histopatológico
inmediato de un corte por congelación
de los márgenes, con nueva
extirpación subsiguiente de
áreas positivas a tumor y
cierre final del defecto) proporciona los
índices de curación más
altos (98%) y redunda en menor pérdida
de tejido. Es el
tratamiento indicado de tumores en los párpados
o de lesiones recurrentes, o
cuando es necesario respetar tejido
por razones estéticas.
Puesto que hasta 50% de los individuos con
un carcinoma basocelular
tendrá una segunda lesión, habrá que
vigilar a dichos pacientes
para detectar lesiones nuevas o recurrentes.
CARCINOMA
EPIDERMOIDE
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_ Úlcera que no cicatriza o
nódulo verrugoso.
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_ Daño de la piel por exposición
al sol por tiempo prolongado.
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_ Frecuente en receptores de
trasplantes de órganos de tez
|
clara.
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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
En general el carcinoma
epidermoide es consecuencia de la
exposición prolongada al
sol en áreas expuestas en personas de
tez clara que sufren
quemaduras solares con facilidad y se broncean
poco. Puede surgir de una
queratosis actínica. Estas lesiones
se manifiestan como nódulos
rojos pequeños, cónicos, duros que
a veces se ulceran (fig.
6-39). No se conoce con precisión la frecuencia
de metástasis, aunque se
dice que es menos probable la
diseminación metastásica en
el carcinoma epidermoide que se
origina de queratosis
actínicas que en las que surgen como lesiones
nuevas. Se estima, por
estudios retrospectivos, que en los
cánceres epidermoides
inducidos actínicamente, las tasas de metástasis
son de 3 a 7%. Los
carcinomas epidermoides de labios,
cavidad bucal, lengua y
genitales se acompañan de tasas mucho
más altas de metástasis y
necesitan tratamiento especial.
La exploración de la piel y
el tratamiento son casi iguales que
para el carcinoma basocelular.
El tratamiento preferido del carcinoma
epidermoide es la
extirpación. En algunas lesiones, se
pueden utilizar
electrodesecación, así como raspado y radioterapia;
en lesiones de alto riesgo
(labios, sienes, orejas, nariz) y para
tumores recurrentes, se
recomienda la extirpación de tejido fresco
controlada al microscopio
(Mohs). En el carcinoma epidermoide,
la vigilancia debe ser más
frecuente y minuciosa que en el
carcinoma basocelular; al
principio cada tres meses, con exploración
cuidadosa de ganglios
linfáticos. Además, es esencial palpar
los labios para detectar
áreas duras o induradas que representan
carcinoma epidermoide
temprano. En todos estos casos, debe
obtenerse biopsia. Los
carcinomas epidermoides múltiples son2011 147
muy frecuentes en la piel
expuesta al sol de pacientes con trasplante
de órganos. El principal
factor de riesgo que determina la
aparición de cáncer de la
piel después del trasplante es la intensidad
de la inmunodepresión y no
el uso de cualquier fármaco inmunosupresor
particular. Los tumores
comienzan a aparecer
después de cinco años de
inmunodepresión. Se recomienda una
valoración dermatológica
periódica en receptores de un trasplante
de órgano con riesgo. La
conducta biológica del cáncer de la
piel en receptores de
trasplantes de órganos puede ser agresiva y
se requiere un tratamiento
cuidadoso. Otras modalidades de inmunodeficiencia,
como la leucemia
linfocítica crónica, el VIH o
el sida y la
inmunosupresión yatrógena crónica también aumentan
el riesgo de padecer cáncer
cutáneo y se acompañan de un
cáncer de piel más
agresivo. El voriconazol puede contribuir al
riesgo de cáncer cutáneo en
algunos pacientes inmunocomprometidos.
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