INTRODUCCIÓN
El «ojo rojo» es el motivo de consulta urgente más frecuente en oftalmología. Incluye una serie de enfermedades que tienen como común denominador la hiperemia conjuntival. Ésta se clasifica en: Inyección conjuntival. Hay hiperemia de la vascularización superficial de la conjuntiva.
Es de coloración rojo
ladrillo intensa, más acentuada
en los fondos de saco, y suele originarse por procesos de naturaleza benigna. Inyección ciliar. Se caracteriza por hiperemia de la vascularización profunda (vasos episclerales) de la conjuntiva. Es de coloración rojo vinoso, más acentuada
alrededor del limbo esclerocorneal (periquerática), y suele estar causada por enfermedades más relevantes. Inyección mixta. La hiperemia afecta tanto a la vascularización superficial como a la profunda. Hemorragia subconjuntival. No es conceptualmente una hiperemia. Representa una colección hemática bajo la
membrana conjuntival. El enrojecimiento del ojo puede presentarse solo o acompañado de otros síntomas y
signos oculares, como pérdida de visión, secreciones, lagrimeo, dolor o sensación de cuerpo extraño, que
configuran diferentes cuadros clínicos, con los que hay que realizar el diagnóstico diferencial: conjuntivitis,
queratitis, escleritis y episcleritis, glaucoma agudo, iridociclitis y hemorragia subconjuntival.
CONJUNTIVITIS
Visión:
normal, salvo borrosidades
transitorias motivadas por las secreciones. Secreción: variable según la etiología, purulenta, mucosa, mucopurulenta o serosa.
Clínica:
sensación de cuerpo extraño, prurito y
dolorimiento. No hay fotofobia. Exploración: inyección
conjuntival. Las pupilas, la córnea y la
presión ocular son normales. Las
conjuntivitis agudas se estudian con más detalle en el capítulo 156. QUERATITIS Visión:
suele estar disminuida, sobre
todo cuando la lesión afecta al
eje visual. Secreción: variable según su etiología. Si es
bacteriana, puede haber lagrimeo reflejo y secreción abundante. Clínica: dolor ocular y fotofobia.
En las queratitis herpéticas puede haber hipostesia corneal. Exploración:
inyección ciliar o mixta, pupila normal (a veces miótica por espasmo ciliar), presión ocular normal, lesión corneal variable según la etiología, como defectos
epiteliales puntiformes (queratitis punctata), lesión dendrítica
(queratitis herp
font-size: 14.5pt;">ética).
Tratamiento:
•
Si la queratitis es de
origen bacteriano, se administran fluoroquinolonas tópicas, como ofloxacino (Exocin®, colirio
0,3%) o ciprofloxacino (Oftacilox®, colirio 0,3%) en dosis de una gota cada 2–4 h en ambos ojos,
durante el día, y durante un tiempo máximo de 10 días. • Si se
sospecha una infección por
herpesvirus, se administra aciclovir tópico (Zovirax®, pomada oftálmica 3%) en
dosis de una aplicación de 10 mm de
pomada cada 4 h durante 5 días. • Dado el
riesgo de deterioro visual permanente, es conveniente la valoración y seguimiento por parte del oftalmólogo.
ESCLERITIS Y EPISCLERITIS
Pueden estar asociadas a enfermedades sistémicas de tipo reumático o
conectivopatías o deberse a una enfermedad
local, como la infección por herpes
zóster. Visión:
normal, si bien en las
escleritis necrosantes y en las posteriores puede estar disminuida. Secreción:
no suele estar presente. A
veces hay lagrimeo reflejo. Clínica: dolor ocular referido a veces a la zona inflamada y fotofobia de
intensidad variable. Exploración: zona elevada
de hiperemia mixta localizada (botón de episcleritis o de escleritis nodular). El polo anterior es
normal en las escleritis posteriores. Se observan zonas de transparencia
escleral en las escleritis necrosantes. Tratamiento: • Las formas benignas se tratan con antiinflamatorios tópicos como diclofenaco (Voltaren®, colirio
0,1%) o dexametasona (Maxidex®, colirio 0,1%) en dosis de una gota cada 6 h. • Las formas más graves o resistentes al tratamiento deben valorarse por el
oftalmólogo y requieren tratamiento
sistémico.
GLAUCOMA AGUDO
Visión:
gravemente disminuida por
edema corneal. Secreción: no suele
haber secreciones, tan sólo lagrimeo
reflejo. Clínica: se
caracteriza por fotofobia y dolor ocular y periocular intenso («dolor de clavo»), que puede
acompañarse de manifestaciones
neurovegetativas, como náuseas y vómitos. En ocasiones, el paciente refiere crisis subagudas previas
con visión borrosa y halos de colores
alrededor de las luces (edema corneal). Estos síntomas hacen que a veces el paciente sea diagnosticado de migraña o de trastorno digestivo. Exploración: inyección mixta,
pupila inm
No hay comentarios.:
Publicar un comentario