2015/08/31

Tumores nasales benignos

Tumores nasales benignos

  Pólipos nasales
 Los pólipos nasales son tumoraciones pálidas, edematosas, recubiertas por mucosa que se observan en individuos con rinitis alérgica, pero pruebas abrumadoras indican que su patogénesis no es sólo alérgica. Pueden ocasionar obstrucción nasal crónica y disminución del sentido del olfato.
 En pacientes con pólipos nasales y antecedente de asma, debe evitarse el ácido acetilsalicílico, porque puede desencadenar un episodio grave de broncoespasmo, conocido como asma de tríada (tríada de Samter).
Es posible que estos pacientes tengan sensibilidad inmunitaria al salicilato.
La presencia de pólipos en niños sugiere la posibilidad de fibrosis quística.
 El tratamiento inicial con corticoesteroides nasales tópicos (véase antes la sección Rinitis alérgica para los medicamentos específicos) durante uno a tres meses por lo general tiene éxito en pólipos pequeños y puede reducir la necesidad de cirugía. También es conveniente un ciclo breve de corticoesteroides por vía oral (p. ej., prednisona, por seis días utilizando 21 tabletas de 5 mg; 30 mg el primer día y disminuyendo en forma gradual 5 mg cada día).
Cuando los pólipos son masivos o el tratamiento médico no es eficaz, es necesaria la extirpación quirúrgica de los pólipos. En personas sanas es un procedimiento ambulatorio menor. En casos recurrentes o cuando la cirugía en sí misma se acompaña de mayor riesgo (p. ej., pacientes con asma) es aconsejable un procedimiento más completo, como etmoidectomía. En la poliposis recurrente, quizá sea necesario extirpar los pólipos de senos etmoidales, esfenoidales y maxilares para ofrecer alivio prolongado. Los corticoesteroides intranasales deben continuarse después de la extirpación de los pólipos para prevenir la recurrencia, y el médico debe pensar en realizar una prueba de alergenos para identificar el alergeno nocivo y tomar medidas para evitarlo.
      Papiloma invertido Los papilomas invertidos son tumores benignos causados por virus del papiloma humano (HPV, human papillomavirus) que suelen originarse en la pared nasal lateral. Se presentan con obstrucción nasal unilateral y en ocasiones hemorragia.+
A menudo son fáciles de observar con la rinoscopia anterior como crecimientos semejantes a coliflor en el meato medio o a su alrededor. En casi 10% de los papilomas invertidos o de Schneider se observa carcinoma epidermoide, por lo que se recomienda con firmeza la extirpación completa. Por lo general es necesaria una maxilectomía medial, pero en algunos casos es posible un acceso endoscópico.
Las tasas de recurrencia de papiloma invertido publicadas alcanzan 20%, por lo que es imprescindible el seguimiento clínico y radiográfico. El anatomopatólogo debe revisar en forma cuidadosa todo el tejido extirpado (no tan sólo una porción) para comprobar ausencia de carcinoma.
 Angiofibroma juvenil
Estos tumores muy vascularizados se originan en la nasofaringe, de manera característica en varones adolescentes. Al inicio causan obstrucción y hemorragia nasales.
Estos individuos con epistaxis recurrentes deben valorarse en busca de un angiofibroma. El médico debe tener cuidado cuando considera la posibilidad de realizar una biopsia, porque estas tumoraciones pueden sangrar en forma profusa. Aunque dichas tumoraciones son benignas, se expanden en forma local desde el agujero esfenopalatino hasta la fosa pterigopalatina en el conducto pterigoideo y se extienden hacia la base pterigoidea, el ala mayor del esfenoides, la cavidad nasal y los senos paranasales.
Pueden incluir la base del cráneo, por lo general por fuera de la duramadre, y extenderse por arriba del clivus.
El tratamiento consiste en embolización preoperatoria seguida de extirpación quirúrgica a través de un acceso apropiado para la extensión del tumor. Los angiofibromas pequeños que no abarcan la fosa infratemporal pueden extirparse por vía endoscópica.
 En las lesiones extensas tal vez se necesiten accesos a través de la base del cráneo. No son raras las recurrencias y deben extirparse si es posible. Las recurrencias no susceptibles de resección que parecen no crecer en forma significativa pueden vigilarse con estudios radiográficos y resonancia magnética nuclear seriada, con la esperanza de que haya estabilización en la involución o involucione el tumor.
En tumores que crecen de manera continua, no susceptibles de resección, suele ser útil la radiación en dosis bajas  Tumores malignos nasofaríngeos y de los senos paranasales Aunque son raros, los tumores malignos de nariz, nasofaringe y senos paranasales tienden a permanecer asintomáticos hasta etapas muy avanzadas de la evolución. Aunque el pronóstico es malo en casos avanzados, los resultados del tratamiento de los tumores susceptibles de resección que se originan en los senos paranasales han mejorado con el uso más generalizado de resecciones de la base del cráneo y radioterapia de intensidad modulada. Con frecuencia, las tasas de curación son de 45 a 60%. Los síntomas iniciales son inespecíficos y simulan los de rinitis o sinusitis. A menudo hay obstrucción y exudado nasales unilaterales, y el dolor y la hemorragia recurrente son indicios del diagnóstico de cáncer.
Es importante valorar con toda minuciosidad por endoscopia nasal y nasofaringoscopia a todo adulto que de manera persistente muestra síntomas unilaterales de las vías nasales u otitis media de aparición reciente.
La clave para el diagnóstico oportuno de estos tumores sigue siendo el alto índice de sospecha. Con frecuencia, los pacientes presentan síntomas avanzados como proptosis, expansión de una mejilla o dentaduras maxilares mal ajustadas.
En tumores del seno maxilar es frecuente la hiperestesia malar, causada por invasión del nervio infraorbitario. Para el diagnóstico definitivo se requiere biopsia, y la MRI constituye el mejor estudio de imagen para definir la extensión de la enfermedad y planificar la cirugía y radiación apropiadas.
El carcinoma de células escamosas es el cáncer más común de los senos paranasales y la nasofaringe.
Es en especial común en la nasofaringe, en donde obstruye la trompa de Eustaquio y causa otitis media serosa.
 El carcinoma nasofaríngeo (SCC mal diferenciado, SCC no queratinizante, o linfoepitelioma) suele acompañarse de aumento de los anticuerpos IgA contra el antígeno de la cápside del virus de Epstein-Barr (EBV). Es en particular frecuente en individuos provenientes del sur de China. Las neoplasias que se observan con menor frecuencia en esa área son adenocarcinomas, melanomas mucosos, sarcomas y linfomas no Hodgkin. El tratamiento depende del tipo de tumor y la extensión de la enfermedad.
 En la actualidad el carcinoma nasofaríngeo se trata mejor con radiación y administración simultánea de cisplatino seguidos de quimioterapia coadyuvante con cisplatino y fluorouracilo; este protocolo disminuye en forma significativa los fracasos locales, ganglionares y distantes y aumenta las supervivencias sin progresión y total.
En algunos casos, el tratamiento de los carcinomas nasofaríngeos que recurren en forma local es con protocolos de radiación repetida o cirugía, con éxito moderado y una gran preocupación por la cicatrización de la herida local. Otros carcinomas epidermoides se tratan mejor (cuando son susceptibles de resección) con una combinación de cirugía y radiación. Se valoran numerosos protocolos que investigan la utilidad de la quimioterapia. Al parecer, la cirugía de la base del cráneo es una modalidad eficaz que mejora el pronóstico general en afecciones malignas de los senos paranasales que erosionan el techo etmoidal. Muchos centros por lo común realizan por vía endoscópica las ablaciones mencionadas y para ello utilizan “navegación virtual  

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