Sale a la luz esta tercera edición estando el
autor nuevamente en España en circunstancias bien distintas de las del año 1940
en que fue publicada la primera edición de esta obra. Estamos en un momento
crítico y desconcertante, en que se hallan puestos en revisión todos nuestros
valores culturales y morales (ciencia, arte, religión, sociología) y entre ellos,
con especial interés, los grandes problemas de la salud. Se ha dicho con razón
que el cáncer y los infartos del corazón son las afecciones
propias de nuestra civilización. A esto hemos de añadir la frecuencia con que
también se producen en la actualidad ciertas enfermedades crónicas como la diabetes,
la nefritis, la hepatitis y los trastornos del tubo digestivo.
Todos estos males tienen indudablemente causas fisicoquímicas, pero en
su fondo hallase una raíz psicológica, producto de las tensiones,
pretensiones, y preocupaciones de la vida actual que nos obliga a
la lucha, la competición y el trabajo forzado, y, por consiguiente, a la prisa
para "no perder tiempo" y que se nos pongan otros por delante. La
prisa, como dice nuestro amigo y gran filósofo Pedro Caba, "es indecente".
Sí; es indecente porque quita a la vida humana su contenido contemplativo y
espiritual, y esto inutiliza nuestros mejores y más íntimos valores del alma.
El hombre que tiene prisa, porque le acucia la necesidad de resolver su
problema vital inmediato, no tiene tiempo de meditar; y esto es una
catástrofe para todo ser humano. La filosofía naturista no solamente trata de
darnos una solución a los problemas de la salud y de la enfermedad, sino que ha
de procuramos el cauce necesario para las manifestaciones del espíritu que, a
la postre, son las genuinamente humanas. Un cuerpo más sano y fuerte que el
nuestro (dentro de su especie) lo tiene cualquier animal, porque vive de
acuerdo con su ley natural. Los naturistas queremos también vivir con arreglo a
las leyes naturales, pero en la práctica nos dejamos arrastrar por la vorágine
de la vida culta de nuestros tiempos, y esto nos predispone a fracasar en
nuestros propósito. La prisa, la falta de calma, la tensión y la ambición,
nos desplazan, sin querer, del ámbito ideal creado por nuestras aspiraciones
naturistas. La mayor parte de los naturistas no saben colocar su mente en actitud
de calma entre la inquietud de la vida civilizada de nuestras ciudades
modernas. Ya es el hecho de adelantar al que va a nuestro lado para tomar el
billete del "metro" o subir al autobús; ya sea correr para ganar diez
segundos en la cola de certificados de correos; ya sea y esto es peor-
adelantar con nuestro automóvil al que va delante para llegar al mismo sitio
cinco minutos antes..., etc. Todo este constante pugilato y competición,
totalmente inútil, para la ganancia de tiempo, contrasta desdichadamente con
los distintos modos de "perder el tiempo" en cafeterías, tertulias,
televisión..., etcétera. El resultado de esta actitud constante de
"pretensiones" y "deseos", es fatal para el cuerpo y para
el alma. Se ha dicho y escrito, con razón, que la filosofía de los pueblos orientales
determina un modo de aceptación de la vida que elimina casi totalmente las
tensiones emotivas causantes de las citadas enfermedades. Y, por esto, Levis
Roland hace notar la muy inferior mortalidad por afecciones del corazón y de
los vasos sanguíneos en el Japón y países del extremo Oriente, que en nuestros
pueblos occidentales. Bastaría esto para tratar de adoptar un modo de vida más
humano (menos pretencioso) si no hubiese que añadir la acción continua de las variadas
intoxicaciones y carencias que suponen la contaminación atmosférica y de las
aguas, el empleo de abonos fertilizantes y desinfectantes tóxicos; la
recolección de los alimentos sin madurar y su conservación en frigoríficos,
latas o envases; el uso y abuso del alcohol, el té, el café y el tabaco, sin
excluir el de las carnes tóxicas, como la de cerdo, mariscos, crustáceos,
etcétera. Todo esto está en el ánimo de todo buen naturista que trata, en la medida
de lo posible, de contrarrestarlo con las ventajas de una dieta vegetariana y
una higiene de aproximación a los elementos de la Naturaleza (aire, agua,
tierra y sol) en su mayor pureza y plenitud. Pero yerra muchas veces también
por inadecuación en sus prácticas de higiene natural. Está probado que el
exceso en los baños de sol puede reactivar lesiones tuberculosas,
provocar hemorragias renales en tuberculosos del riñón, originar cáncer de la
piel por quemaduras insistentes y repetidas, causar insolaciones a veces
mortales y provocar accidentes congestivos y aun retinitis en personas de
temperamento sanguíneo (que en realidad rechazan y no deben tomar los baños de
sol). En cambio, el baño de sol bien administrado en personas a quienes no está
contraindicado, es fuente de vida, salud y vigor, haciendo bueno el refrán de
que "donde entra el sol no entra el médico". Pero observemos que el
instinto de los demás seres vivos les induce a buscar la sombra en verano y el
sol en invierno. El exceso de baños de agua fría puede también ocasionar
depresiones nerviosas y trastornos circulatorios, por reacciones exageradas o
asimismo por falta de reacción adecuada. El caso es que el verano con sus
excesos de placeres de agua y sol, deja a muchas personas en estado de
debilidad (astenia) y colapso de sus defensas vitales. En lo que nunca cabe
exceso es en la respiración de aire puro y en los contactos con la tierra. Súmense
a estas acciones desproporcionadas del medio natural, los efectos deletéreos de
los grandes tóxicos. El tabaco contiene varios tóxicos, entre los cuales
destacan la nicotina, que ataca y endurece a las arterias del cerebro y
del corazón, siendo causa de la "angina de pecho"; y el alquitrán
de la combustión, que produce el cáncer. El doctor José M. Barajas, del
Hospital de San Rafael dice que: "más de un 95 por 100 de los casos de
cáncer de la laringe se producen en personas que fuman en mayor o menor
cuantía". El epitelioma (cáncer de la mucosa) del labio y de la lengua es
casi exclusivo de los fumadores. "De un kilo de tabaco rubio se pueden obtener
70 gramos de "alquitrán"; de ahí la gastritis crónica que se presenta
en los grandes fumadores, al tragar con la saliva los productos de la
torrefacción." (Sería interminable relatar las agresiones del tabaco sobre
el organismo humano; consúltese el número de "Noticias Médicas" del domingo
11 de enero de 1970). El "Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de
la Salud" llegó a la conclusión de que "el fumar es la primera causa
de muerte prematura que puede evitarse, puesto que conduce "al cáncer bronco
pulmonar, afecciones coronarias, bronquitis crónicas y otras enfermedades de
los pulmones". Del alcohol (consumido en las diferentes bebidas que
le contienen) se ha dicho por los médicos cuanto hay que decir. Últimamente los
doctores Karl y Hally Sax del "Instituto Crambrook" de Ciencias, de
Michigan, han llegado a la conclusión de que "el consumo de alcohol en una
cierta proporción, es tan grave como el estar sometido a radiaciones
atómicas". El doctor Jellinek agrupa a los alcohólicos en cinco tipos: 1º Grupo
alfa: de alcohólicos por razones psicológicas para vencer su timidez o turbación.
2º Grupo
beta: de los que presentan ante el alcohol intolerancia gástrica
o neuritis. 3º Grupo gamma: de verdaderos alcoholómanos, inmoderados,
con tolerancia general de otros órganos y con dependencia psicológica del
tóxico. 4º Grupo delta: de los "vino-lentos" que nunca beben con
destemplanza pero se hacen esclavos del tóxico; y 5º Tipo épsilon: de los
que se embriagan durante días o semanas, volviendo luego a un estado de
templanza o abstinencia. Freud consideraba que el alcoholismo constituía un
proceso de evasión psicológica para compensar complejos reprimidos. Adler le achacaba
concretamente al complejo de inferioridad, y algunos de sus discípulos afirman
que las causas del alcoholismo son el perpetuo estado de inseguridad y el
sentimiento de insuficiencia social. En otros casos, como afirma Joost Merloo,
hay un fondo psicótico maníaco-depresivo. El caso es que el veneno alcohólico
llega a hacerse indispensable para el funcionamiento de las células nerviosas,
que acaban por degenerar; y de este modo se cae en un círculo vicioso en que la
necesidad del tóxico va unida a su acción deletérea. El resultado final es que
el alcohol acaba por destruir el tejido cerebral, endurecer las arterias y
atacar gravemente a otras células nobles de las glándulas, como el hígado
(produciendo "cirrosis"), siendo su última y más grave consecuencia
la herencia alcohólica con sus tipos de oligofrénicos (o retrasados mentales), epilépticos
e imbéciles, que constituyen la mayor parte de la población de los manicomios. En
las anteriores líneas he tratado de pintar un cuadro de los peligros sanitarios
de nuestra cultura, para que el naturista de buena cepa sepa qué terreno debe
pisar y cómo hacer compatibles las ventajas espirituales de la civilización y
la cultura con la necesidad de mantener una salud que proporcione eficiencia,
bienestar y alegría para vivir. Sirva esto de prefacio a la tercera edición que
conserva íntegro lo esencial de su doctrina, en la certeza de que lo que es
verdad, lo es para siempre y no admite modas. Y en materia de medicina creemos
verdaderas las bases hipocráticas fraguadas en la observación de una clínica irreprochable.
En esta página encontraras información médica de diversas enfermedades, información sobre Educación y Docencia
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
-
CONCEPTO argin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-autospace: none;"> El dolor torácico ...
-
LUMBALGIA AGUDA. LUMBOCIÁTICA Lumbalgia Aguda INTRODUCCIÓN El dolor lumbar es un problema de salud, de gran importanci...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario