A diferencia del sarampión, alguien que ha sobrevivido a un caso de tétanos no es inmune y puede contraer la enfermedad nuevamente
El movimiento antivacunas sigue poniendo en riesgo a menores y adultos en todo el mundo. En esta ocasión, un pequeño de seis años de edad fue reportado como el primer caso de infección por tétanos en 30 años en el estado de Oregon, Estados Unidos.
Sus padres, creyentes que las vacunas provocan autismo en los menores, nunca llevaron a vacunar a su hijo, por lo que cuando el menor se accidentó en la granja familiar, pensaron que la cortada hecha en la frente no ameritaba revisión médica.
Fue seis días después que el menor comenzó a presentar rigidez muscular en mandíbula y extremidades, dificultad para respirar y espasmos involuntarios, por lo que los padres lo llevaron al hospital donde fue diagnosticado con tétanos.
"Sinceramente, nunca pensé que vería esta enfermedad en Estados Unidos", dijo la doctora Judith A. Guzman-Cottrill, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas, "fue muy difícil para muchos de nosotros verlo sufrir de esa manera".
El niño pasó 57 días ingresado en el hospital al borde de la muerte sufriendo espasmos y rigidez en los músculos de la mandíbula y cuello lo que no le permitía comer ni tragar agua. Estos espasmos son muy dolorosos y pueden durar varios minutos, y se producen por eventos menores como una corriente de aire, un ruido fuerte, un roce físico o una luz.
Los médicos le suministraron una dosis de emergencia de la vacuna, sin embargo, sus padres se negaron a darle una segunda dosis, o cualquier otra vacuna infantil, después de que se recuperó.
De acuerdo con el diario New York Times, este es el primer caso pediátrico de esta enfermedad documentado en el estado desde hace más de 30 años.
A diferencia del sarampión, que es un virus, alguien que ha sobrevivido a un caso de tétanos no es inmune y puede contraer la enfermedad nuevamente si permanece sin vacunarse.
El tétanos no se transmite de persona a persona al estornudar o toser, sino que proviene de las esporas bacterianas que se encuentran en el ambiente.
Las esporas de tétanos existen en todas partes, particularmente en el suelo. Cuando una persona no vacunada recibe una herida profunda y penetrante, esas esporas pueden invadir el corte y comenzar a producir la bacteria que causa la enfermedad.
La bacteria del tétanos secreta una toxina que se introduce en el torrente sanguíneo y se engancha al sistema nervioso.
Entre tres y 21 días después de la infección, aparecen los síntomas: espasmos musculares, trabas, dificultad para tragar y respirar y
El niño fue sedado, se puso un ventilador y se lo cuidó en una habitación oscura mientras usaba tapones para los oídos porque cualquier estimulación empeoraba su dolor y los espasmos musculares. Su fiebre se disparó a casi 105 grados (40.5 grados centígrados) y desarrolló presión arterial alta y un latido acelerado.
Cuarenta y cuatro días después de ser hospitalizado, el niño pudo tomar líquidos claros. Seis días después, pudo caminar una distancia corta con ayuda. Después de otras tres semanas de rehabilitación hospitalaria y un mes en casa, pudo andar en bicicleta y correr, una recuperación notable, dijeron los expertos.
Aunque el caso es de 2017, el informe ha ganado peso ahora, en medio de los movimientos antivacunas que están provocando, entre otras cosas, brotes de enfermedades como el sarampión.
Precisamente Oregón tiene una de las tasas más altas de residentes no vacunados en el país, pues un 7,5% de los niños en edad de preescolar no están vacunados.