INFECCIONES
DE LAS VÍAS URINARIAS
La infección bacteriana se adquiere
habitualmente por vía ascendente desde la uretra a la vejiga La
infección puede entonces progresar hasta el riñón. Ocasionalmente, las
bacterias que infectan el tracto urinario invaden la corriente sanguínea para
producir septicemia. Con menos
frecuencia, la infección puede ser consecuencia de la diseminación hematógena
de un organismo al riñón, y entonces el tejido renal es la primera parte del
tracto urinario que se infecta. El
bacilo gramnegativo
Escherichia coli es la
causa más frecuente de ITU ascendente También están implicados otros
miembros de la familia Enterobacteriaceae. Proteus mira bilis se asocia
frecuentemente con litiasis urinaria (cálculos), probablemente porque este
organismo produce una potente ureasa, que actúa sobre la urea para producir
amoníaco, haciendo que la orina se vuelva alcalina. Klebsiella,
Enterobacter, Serratia spp. y Pseudomonas aeruginosa se encuentran
con más frecuencia en las ITU adquiridas en el hospital porque su resistencia a
los antibióticos favorece su selección en los enfermos ingresados .
Entre la especies grampositivas, Staphylococcus
saprophyticus parece tener una especial tendencia a producir infecciones en
mujeres jóvenes sexualmente activas. Staphylococcus epidermidisy
Enterococcusspp.
se relacionan más a menudo
con ITU en enfermos hospitalizados, donde su resistencia a múltiples
antibióticos puede plantear dificultad para el tratamiento. Más recientemente,
han sido implicadas como posibles causas de ITU algunas
especies capnofilicas
(organismos que crecen mejor en una atmósfera enriquecida con dióxido de
carbono), entre las que se incluyen corinebacterias y lactobacilos.
Los anaerobios estrictos
están implicados en muy raras ocasiones. Cuando ha habido diseminación
hematógena al tracto urinario pueden encontrarse otras especies, por ejemplo Salmonella
typhi, Staphylococcus aureusy Mycobacterium tuberculosis (tuberculosis
renal). Las causas víricas de ITU parecen ser muy infrecuentes En ausencia de enfermedad de las vías
urinarias, pueden recuperarse de la orina ciertos virus, como los siguientes: •
Los poliomavirus humanos, JC
y BK, entran en el organismo a través del tracto respiratorio, se diseminan e
infectan a las células epiteliales del uréter y de los túbulos renales, donde
establecen una infección latente con persistencia del genoma vírico, pero sin
presencia de virus infecciosos. Alrededor del 35% de los riñones de individuos
sanos contienen secuencias de ADN de poliomavirus. Sin embargo, durante el
embarazo normal, los virus pueden reactivarse de forma asintomática, con la
aparición de grandes cantidades de virus en la orina. Esta reactivación ocurre
también en enfermos inmunodeficientes (v. cap. 28). • En la orina de los
lactantes con infección congénita pueden eliminarse grandes cantidades de
citomegalovirus (CMV) Finalmente, hantavirus, agente transmitido por roedores,
es responsable de la t1ebre hemorrágica de Corea, infecta
los capilares
sanguíneos del riñón y puede producir un síndrome renal con proteinuria. Muy
pocos pf()ducen ITU Otras causas de ITU son las siguientes: •
Los
hongos Cattdida spp. e Histoplasma capsulatum. • El protozoo Tl-iclJomllnas
vaginalis cap. 19), que puede producir uretritis tanto en hombres como en
mujeres, pero es considerado más a menudo como una causa de vaginitis. • Las infestaciones por Schistllsoma
haematobimn cap. 25), que provoca inflamación de la vejiga, habitualmente
con hematuria. Los huevos penetran en la pared de la vejiga y, en las
infestaciones graves, pueden producirse intensas reaeciom: s granulomatosas y
calcificación de los huevos.
El cáncer de vejiga se relaciona
con las in testaciones crónicas, aunquc se desconoce su mecanismo.
La obstrucción del uréter como consecuencia de
los cambios inflamatorios inducidos por los huevos puede desembocar también en
hidronefrosis. Diversos factores mecánicos predisponen a la
producción de ITU Cualquier situación que altere el flujo normal de orina o
el vaciado completo de la vejiga, o facilite el acceso de organismos a la
vejiga, será un tactor predisponente para la infección 18.2). La uretra
femenina, más corta, es menos eficaz como barrera contra la infección que la
uretra del varón
El coito facilita el ascenso de organismos por
la uretra, particularmente en mujeres, por lo que la incidencia de ITU es mayor
entre mujeres sexualmente activas que en mujeres célibes. La colonización
bacteriana previa del área hemolisinas periuretral de la vagina es quizá un
factor importante más adelante). En los lactantes varones, las lTU son más
comunes en los no circuncidados y esto se relaciona con la colonización del interior
del prepucio y de la uretra con organismos fecales.
El embarazo, la hipertrofia
prostática, los cálculos renales, los tumores y ¡as estenosis son las
príncípales causas de impedimento para el vaciado completo de la vejiga Cuando
hav una OIina residual de más de 2-3 mi, es más probable que s~ produzca infección. Ésta,
ai'ladida a la obstrucción de! tracto urinario, puede extenderse por vía
ascendente hasta el riñón, produciendo una rápida destrucción del tejido renal.
La pérdida de control neurológico de la vejiga y de los est1nteres (p. ej., en
la espina bífida, en la paraplejía o en la esclerosis múltiple), y en
consecuencia e! gran volumen residual de orina en la vejiga, producen una
obstrucción funcional del flujo de orina yesos enfermos son especialmente
propensos a padecer infecciones recurrentes. El reHujo vesicoureteral (retlujo
de orina desde la cavidad vesical a los uréteres y a veces hasta la pelvis
renal o hasta el parénquima) es frecuente en niños con anomalías anatómicas de
las vías urinarias y predispone a intecciones ascendentes y lesión renal. El
reflujo puede ocurrir también asociado a in· tccciones en nÍt10s sin anomalías
subyacentes, pero tiende a desaparecer con la edad.
A pesar de algunas
publicaciones en las que la pieloncfritis (infección del ril1ón) es un hallazgo
común en pacientes con diabetes mellitus en el examen postmortem, diversos
estudios clínicos han fracasado en su intento de obtener evidencias convincentes
de que haya una diterencia signitlcativa en la prevalencia de ITU entre las
personas de la misma edad C011 y sin diabetes mellitus.
Sin embargo, los enfermos
con diabetes mellitus pueden tener ITU más graves y, si la neuropatía diabética
interfiere con la función vesical normal, son frecuentes las infecciones urinarias
persistentes.
El cateterismo es un Imlll1flranre
factor predisponente para la ITU Durante la inserción de! catéter, las
bactelias pueden ser introducidas directamente en la y, mientras permanece in
situ, el catéter facilita e! acceso bacteriano a la vejiga a través de la
luz del propio catéter o entre el exterior del catéter y la pared uretral
18.3). El catéter altera la función protectora de la vejiga normal y potencia
el efecto invasor de las bacterias. Se sabe relativamente poco acerca de los
factores de virulencia de los organismos causantes (fig. 18.2) El contlicto
entre el huésped y e! parásito en el tracto urinario ha sido discutido ya en el
capítulo 7. La de los patógenos del tracto urinario tienen su en la flora
tecal, pero sólo las especies aerobias y facultativas como E. coli poseen
los atributos necesarios para colonizar e infectar las vías urinarias.
La capacidad para producir infección del
tracto urinario se limita a ciertos serogrupos de E. colí (p.
01,02,04,06, 07 Y 075) y estos serotipos difieren de los observados en las infecciones
gastrointestinales (v. cap. 20). El éxito de estas cepas puede ser atribuible
en parte a su eapacidad para colonizar las áreas periuretrales. Se ha observado
que algunos E. coli tienen unos tipos particulares de fimbrias (pili),
que les permiten adherirse al epitelio uretral y vesical. Estudios con otras
espe· cies de patógenos del tracto urinario han confirmado la presencia de
adhesinas para las células uroepite!iales (fig. 18.4). Otras características de
E. coli parecen a la localización de los organismos en e! riüón y a la
producción de lesión renal:
Los antígenos polisacáridos ácidos de la
cápsula se asocian con la capacidad para producir pielonefritis y se sabe que
permiten que las cepas de E. coli puedan resistir las detensas del
huésped por inhibición de la • La producción de hemolisina por E. coti está
vinculada con la capacidad de producir lesión renal; muchas hemolisinas actúan
de torma más general como toxinas lesivas para las membranas. La producción de
ureasa por algunos organismos como Proteus spp. ha sido relacionada con
su capacidad para producir pielondritis y litiasis. El tracto urinario sano
es resistente a la colonización bacteriana A excepción de la mucosa
uretral, el tracto urinario elimina habitualmente los microorganismos de forma
rápida y eficiente . El pH, el contenido químico y el mecanismo de arrastre de
la orina ayudan a eliminar los organismos en la uretra. Aunque la orina es un
buen medio de cultivo para la mayoría de las bacterias, es inhibitoria para
algunos, y los anaerobias y otras especies (los estreptococos no hemolíticos,
las corinebacterias y los estafilococos), que componen la mayor parte de la
flora uretral normal, no se multiplican fácilmente en la orina.
El papel de la inmunidad
humoral en la defensa del huésped contra la infección del tracto urinario es
poco conocido. Tras la infección renal, pueden detectarse anticuerpos de la clase
19G e Ig,c>\ secretoria en la orina, pero no está claro el papel protector
de estos anticuerpos contra la infección subsiguiente. Características y complicaiones Las ITU
agudas inferiores producen dísuria, necesidad urgente de orinar y poliaquiuria Las
infecciones agudas del tracto urinario interior se caracterizan por comienzo
rápido de los siguientes síntomas: • Disuria (dolor urente al orinar). •
Necesidad urgente de orinar. • Poliaquiuria
(aumento de la frecuencia de micción). Sin embargo, las ITU en los ancianos y
en pacientes con catéteres urinaros son habitualmente asintomáticas. La orina
se hace turbia debido a la presencia de células de pus (piuria) y de bacterias
(bactcriuría) y puede contener sangre (hematuria).
El examen de una muestra de orina en el laboratorio
es esencial para contlrmar el diagnóstico. Los enfermos con infecciones del
tracto genital, como candidiasis vaginal o uretritis por clamidias, pueden
presentar síntomas similares (v. cap. 19). La piuria en ausencia de cultivos
positivos de orina puede ser debida a clamidias o a tuberculosis y se observa
también en enfermos con tratamiento antibacteriano para su ITU, ya que las
bacterias se inhiben o mueren por el agente antibacteriano antes de que
desaparezca la respuesta inflamatoria.
En una significativa
proporción de enfermos se producen infecciones recurrentes de las vías
urinarias interiores. Pueden ser: • Recaídas, producidas por la misma cepa del
organismo causante del episodio anterior. • Reinfecciones por organismos
diferentes. Las infecciones recurrentes pueden provocar cambios intlamatorios crónicos
en la vejiga, la próstata y las glándulas peri uretrales. La prostatitis
bacteriana aguda produce síntomas sistémicos (fiebre) y síntomas locales (dolor
perineal y en la zOIla lumbar inferior, disuria y poliaquiurial La
prostatitis bacteriana aguda puede tener su origen en una infección ascendente
o ser de causa hematógena, y quizá son más sensibles los individuos que carecen
de ciertas sustancias antibacterianas normalmente presentes en cllíquido
prostático.
Sin embargo, la prostatitis
crónica bacteriana, aunque producida habitualmente por E. coli, es
dificil de curar y puede ser una fuente de infecciones recurrentes del tracto
urinario.
Infecciones de vías urinarias superiores
Aunque puede ser importante
saber si una infección está limitada a la vejiga (tracto urinario interior) o
ha llegado hasta el riñón y a las vías urinarias superiores, no hay métodos
satistactorios para distinguirlas, salvo examinar la orina directamente del
uréter por cateterismo ureteral. La pielonefritis produce fiebre y síntomas de
las vías urinarias inferiores Los enfermos con pielondritis (infección del
riñón, flg. 18.5) presentan síntomas de las vías urinarias inferiores y
habitualmente fiebre. Los estafllococos son una causa común y muchas veces hay
abscesos renales.
Los episodios recurrentes de pielonefritis
provocan pérdida de función del tejido renal, que a su vez puede producir
hipertensión, una causa de lesión renal por sí misma.
Las intecciones que van
acompari.adas de la tormación de cálculos pueden causar obstrucción del tracto renal
y septicemia. La hematuria es una característica de endocarditis y una manifestación
de entermedad por inmunocomplejos, así como una consecuencia de las intecciones
renales, y su presencia justifica una cuidadosa investigación. La piuria puede ser
secundaria a infección renal por l,f. tuberculosis. Este organismo 110
puede aislarse de la orina con los métodos normales de cultivo Apéndice) y, por
tanto, puede parecer que el enfermo tiene una piuria estéril. La intección
asintomática (esto es, un número signiticativo de bacterias en la orina en
ausencia de síntomas; v. más adelante) puede detectarse sólo por selección por
cribado de muestras de orina en el laboratorio. Es importante en los siguientes
casos: • Mujeres embarazadas y niños pequeños, en los que la falta de
tratamiento puede provocar daño renal crónico. • Personas sometidas a
instrumentación del tracto urinario en las que la bacteriuria puede progresar a
bacteriemia.
DIAGNOSTICO
DE LABORATORIO
Los métodos para procesar
las muestras de orilla en el laboratorio se resumen en el Apéndice. Una
característica fimdamental es la detección de bacteriuria signiflcativa. La
infección puede distinguirse de fa contaminación por métodos cuantitativos de cultivo
En las personas sanas, el tracto urinario es estéril, aunque la región
distal de la uretra está colonizada por organismos comensales, entre los que se
incluyen organismos fecales y periuretrales. Como las muestras de orina se
recogen habitualmente por micción en un recipiente estéril, es normal que se contaminen
con la tlora periuretral durante su obtención.
La infección puede
distinguirse de la contaminación por métodos cuantitativos de cultivo. La
bacteriuria se define como «significativa» cuando una muestra de orina recogida
por micción media (OPMM), adecuadamente obtenida, contiene más de 10"
organismos/m!. Habitualmente, la orina infectada contiene sólo una única
especie bacteriana. Por el contrario, la orina contaminada tiene generalmente
menos de 104 organismos/mI y contiene a menudo más de una esbacteriana (fig.
18.6). Distinguir una infección de una contaminación cuando los recuentos están
entre 104-105 organismos/ mi puede ser dificil.
Es esencial entonces una
cuidadosa obtención y un rápido transporte de las muestras de orina al
laboratorio (v. más adelante y el cap. 13). Es importante reconocer que los
criterios de «bacteriuria significativa» no se aplican a las muestras de orina
recogidas de catéteres o de tubos de nefrostomÍa o por aspiración suprapúbica directamente
desde la vejiga, en los que cualquier número de organismos puede ser
significativo, ya que el espécimen no ha sido contaminado por la flora
periuretra!. la infección de zonas del tracto urinario por debajo de la vejiga,
y por organismos que no forman parte de la flora fecal normal, puede no
producir un recuento significativo en la orina.
La muestra de orina habitual para examen
microbiológico es I/Ila muestra de la porcióll media de la
micción OPMM Las muestras de orina de la porción media de la micción (OPMM)
deben recogerse en un recipiente estéril de boca ancha tras una cuidadosa
limpieza de los labios mayores o del con agua y jabón (no antiséptico), y
después de eliminar la primera parte del chorro de orina, ya que esto ayuda a lavar
los contaminantes presentes en la uretra. Tras una instrucción apropiada la
mayoría de los enfermos adultos pueden recoger muestras satisfactorias con una
mínima superviaunque la obtención puede ser más difícil en los ancianos y en
los enfermos encamados y se debe prestar atención a esta difIcultad cuando se
interpreten los resultados. La recogida
de muestras de OPMM en recién nacidos y niños pequeños es obviamente difíciL Se
puede recoger una «orina de bolsa» al adherir una bolsa de plástico al periné
de las niñas o al pene de los niños, pero a menudo estos espedmenes se
contaminan intensamente con organismos fecales, Estos problemas pueden ser
superados por aspiración suprapúbica de la orina directamente desde la vejiga Las muestras de orina deben transportarse al
laboratorio sin demora porque la orina es un buen medio de crecimiento para
muchas bacterias y la multiplicación de los mas en la muestra entre su
obtención y e! cultivo falseará los resultados (v. cap. 13). Idealmente, las
muestras deben recogerse antes de! inicio del tratamiento antimicrobiano. Si el
en termo ya está recibiendo o ha recibido tratamiento en las pasadas 48 horas, debe
constatarse claramente en el formulario de solicitud. Para el examen
microbiológico en enfermos con catéter se utiliza una muestra de orina
obtenida del catéter Los enfermos no deben ser cateterizados sólo para
obtener una muestra de orina.
La orina de enfermos con
catéter in situ se obtiene extrayendo una muestra con aguja y
jeringuilla del tubo del catéter como se ilustra en la figura 18.3. La orina
que ha per manecido almacenada en la bolsa de drenaje del catéter durante horas
es inadecuada para las pruebas de laboratorio porque los organismos pueden
haberse multiplicado hasta dar recuentos mucho mayores de los que realmente
presenta e! entermo. Son necesarias muestras de orina para detectar M.
tuberculosis y S. haematobium Éstas incluyen: • Tres muestras de la
primera orina de la mañana en días consecutivos para M. tuberculosis. Estas
muestras no requieren las mismas precauciones de obtención que las muestras de OPMM
porque la técnica de cultivo inhibe el crecimiento de otros organismos a de la
micobacterias. •
Los últimos mililitros de
una muestra de orina de la mañana, recogida después de ejercicio físico, para
la detección de S. haematobium,
Investigaciones en el
laboratorio
Las muestras de orina deben
examinarse macroscópica y microscópicamente y deben ser cultivadas por métodos
cuantitativos o semicuantitativos. El examen microscópico de la permite un
informe preliminar rápido Las bacterias pueden verse al microscopio cuando
están presentes en gran número en la muestra. Sin embargo, esto no es
necesariamente indicador de iníección, ya que puede indicar que la muestra se
ha recogido mal o se ha dejado a temperatura ambiente durante un período
prolongado de tiempo. La de eritrocitos y leucocitos, aunque anómala, no es
necesariamente un indicador de ITU. Puede haber he maturia en los casos: •
Infección del tracto urinario y de otras zonas (p. ej., en la endocarditis
bacteriana). • Traumatismo renal. • Litiasis. • Carcinomas del tracto urinario.
• Trastornos de la coagulación. • Trombocitopenia. Ocasionalmente, los
eritrocitos pueden ser «contaminantes » de las muestras de orina de las mujeres
durante la menstruación. En las personas sanas hay leucocitos en la orina en
número muy (p. ej., < lO/mI); un recuento mayor de 10Iml se considera
anómalo, pero no siempre se acompaña de bacteriuria. La piuria estéril es un
hallazgo importante y puede reflejar diversas situaciones: • Tratamiento
simultáneo con antibióticos. • Otras enfermedades corno neoplasias o cálculos
urinarios. • Infección con organismos no detectados por los métodos rutinarios
del cultivo de orina (v. Apéndice).
Las células tubulares renales, que se observan
en la orina de personas que tornan dosis muy elevadas de aspirina, pueden ser
confundidas con leucocitos. Los cilindros urinarios son también indicadores de
lesión tubular renal. Un diagnóstico de laboratorio de bacteriuria significativa
requiere cuantificación de las bacterias Los medios y los métodos de
cultivo se pertllan en el Apéndice. Con los métodos convencionales se obtienen
resultados al cabo de 18-24 horas, pero se dispone también de métodos rápidos
basados en técnicas de bioluminescencia, de citometría de flujo y de
turbidimetría.
En algunos laboratorios se
realizan pruebas directas de sensibilidad a los antibió ricos cuando se
detectan números anómalos de leucocitos o de eritrocitos por microscopia, de
modo que tanto el cultivo como los resultados de sensibilidad están disponibles
en 24 horas. La interpretación de los resultados del cultívo bacteriano depende
de diversos factores Estos factores son los siguientes: • Recogida: la
recogida de la muestra debe efectuarse adecuadamente. • Almacenamiento: la
orina debe cultivarse dentro de una hora después de su obtención o ser
mantenida a 4 oC durante un máximo de 18 horas antes del cultivo. • Tratamiento
antibiótico: en un enfermo que está recibiendo antibióticos pueden ser significativos
recuentos menores de y quizá indican la aparición de una población resistente.
Existen métodos simples de laboratorio para
detectar sustancias antibacterianas. • Ingesta de líquidos: el enfermo puede
estar tomando más o menos liquido de lo habitual y esto influirá claramente en
la cuantifkación del resultado. • El propio espécimen: las directrices de
cuantitlcación son válidas para las muestras de OPMM; no se aplican a las orinas
obtenidas del de punción suprapúbica o de ncfrostomía. La ITU 110 complicada
se trata con un antibacteríano oral el! dosis única o durante tres días La
ITU no complicada (cistitis) debe tratarse con agentes anti bacterianos
administrados por vía oral en dosis única o durante tres días, dependiendo del
fármaco empleado. Los agentes utilizados habitualmente se muestran en la figura
18.8. La elección del agente debe basarse en los resultados de las pruebas de
sensibilidad. Sin embargo, en las 1TU no complicadas en enfermos no
hospitalizados, el tratamiento indicado es a menudo empírico y basado en la
etiología «más probable» al menos hasta que se dispone de los resultados de laboratorio.
Esto requiere un
conocimiento de los probables patógenos y de sus patrones locales de
sensibilidad a los antibióticos. Una vez completado el tratamiento (al menos 2
días después) deben efectuarse cultivos de seguimiento para confirmar la
erradicación del infectante. Además del tratamiento antibacteriano, debe
recomendarse al enfermo que beba grandes cantidades de líquidos a fin de ayudar
al efecto normal de lavado de la orina. Los niños y las mujeres embarazadas con
bacteriuria asintomática deben tratarse con antibacterianos y efectuar un seguimiento
para comprobar que se ha erradicado la infección. En enfermos con bacteriuria
significativa debe retrasarse cualquier instrumentación de las vías urinarias
hasta que se haya esterilizado la orina con un tratamiento apropiado.
Las ITU complicadas deben
tratarse con un agellte antíbacteriano por vía sistémica Se
debe tratar con un antibacteríano al que sea sensible el microorganismo, y se
debe continuar por vía sistémica hasta que hayan cedido los signos y síntomas.
A continuación, podrá ser reemplazado ya por un tratamiento oral. La duración habitual
del tratamiento es de 10 días, pero puede ser necesario un tratamiento más
prolongado para esterilizar el riñón. Las infecciones adquiridas en el hospital
o las recurrentes, especialmente en los enfermos pueden estar producidas por
microorganismos resistentes a los antibióticos y el agente de elección
dependerá entonces del patrón de sensibilidad antibacteriana. Si es posible,
debe retirarse el catéter, ya que es sumamente ditIcil lograr la erradicación
de la infección en los enfermos sondados y algunos autores recomiendan el
tratamiento sólo cuando el enfermo presenta síntomas o antcs de realizar
procedimientos invasivos. Las directrices para el cuidado del catéter y para la
profilaxis de las ITU en pacientes sondados se muestran en la figura 18.9. Las
infecciones adquiridas por diseminación hematógena requieren tratamiento
antibacteriano específico, como se describe en el capítulo 30 para la
tuberculosis, en el capítulo 20 para S. typhi, en el capítulo 23 para Staphylococcus
aureus y en el capítulo 25 para la esquistosomiasis.
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