ROSÁCEA
Un
trastorno facial crónico.
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_ Un componente vascular (eritema
y telangiectasia, así
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como
tendencia a la rubefacción fácil).
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_ También puede haber un
componente acneiforme (pápulas
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y
pústulas).
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_ Un componente glandular
acompañado de hiperplasia del
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tejido
blando de la nariz (rinofima).
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BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
_ Generalidades
Se desconoce la patogenia
de ese trastorno. Los corticoesteroides
tópicos aplicados a la
parte inferior de la cara pueden inducir
trastornos similares a la
rosácea.
_ Manifestaciones clínicas
Los pacientes a menudo
refieren rubor o exacerbación de la rosácea
con calor o frío, bebidas
calientes, alimentos condimentados,
luz del sol, ejercicio,
alcohol, emociones y los bochornos de la
menopausia. Las mejillas,
la nariz y el mentón y, en ocasiones,
todo el rostro pueden tener
un tinte rosado. No se observan comedones.
En su presentación más
leve, se observa eritema y vasos
dilatados en las mejillas.
Las pápulas inflamatorias pueden agregarse
a este fondo o evolucionar
hasta pústulas (fig. 6-26). Es
posible encontrar seborrea
relacionada. El paciente suele quejarse
de ardor o picazón con
episodios de rubor y tal vez tenga una
afección oftálmica
concomitante, como blefaritis y queratitis, que
requiere con frecuencia
antibioticoterapia sistémica.
_ Diagnóstico diferencial
La rosácea se diferencia
del acné por la presencia del componente
vascular y la ausencia de
comedones. El tinte rosa de la rosácea y
las telangiectasias
sugieren el diagnóstico. A menudo se diagnostica
de manera errónea como
lupus, pero la presencia de pústulas
descarta ese diagnóstico.
_ Tratamiento
Es importante instruir a
los pacientes para que eviten los factores
que ocasionan
exacerbaciones. Deben usar un filtro solar de amplio
espectro que proteja contra
la luz ultravioleta A; no obstante,
la sensibilidad extrema a
los preparados tópicos puede reducir las
opciones terapéuticas. Los
filtros solares a base de cinc o titanio
se toleran mejor y las
siliconas protectoras de barrera en el bloqueo
solar pueden mejorar la
tolerancia. El tratamiento médico
es eficaz sólo para las
pápulas y las pústulas inflamatorias, así
como el eritema que las
rodea. La rosácea suele ser un trastorno
de toda la vida, por lo que
se requiere tratamiento de sostén.
A. Tratamiento local
El metronidazol (disponible
como crema, gel o loción) al 0.75%
aplicado dos veces al día,
o al 1% una vez al día, es el tratamiento
tópico idóneo. Si no se tolera
el metronidazol, es eficaz la clindamicina
tópica (solución, gel o
loción) al 1% aplicada dos veces al
día. Se observa respuesta
en cuatro a ocho semanas. Los productos
tópicos con sulfacetamida
sódica y azufre son útiles en caso de
respuesta parcial a los
antibióticos tópicos. El peróxido de benzoílo
puede ayudar a disminuir el
componente pustuloso, al igual
que en el acné vulgar. En
algunos casos, se agregan con precaución
retinoides tópicos para las
medidas terapéuticas de sostén.
B. Tratamiento sistémico
Cuando son insuficientes
las medidas tópicas se usa tetraciclina,
250 o 500 mg por vía oral
dos veces al día con el estómago vacío.
También son eficaces la
minociclina y la doxiciclina, 50 a 100 mg
una a dos veces al día. En
casos resistentes, pueden proporcionarse
metronidazol o amoxicilina,
250 a 500 mg dos veces al día. Hay
pocos efectos adversos,
aunque el metronidazol puede producir
un efecto similar al del
disulfiram cuando el sujeto consume alcohol,
o causar neuropatía con el
uso prolongado. Cuando no dan
resultado otras medidas,
quizá surta efecto la isotretinoína. Se
recomienda una dosis por
vía oral de 0.5 mg/kg/día durante 12 a
28 semanas. Véanse las
precauciones mencionadas en párrafos
previos. El tratamiento con
láser tal vez sea beneficioso en caso de
telangiectasias; la
proliferación fimatosa en la nariz puede tratarse
con la reducción
quirúrgica.
_ Pronóstico
La rosácea tiende a ser un
proceso persistente. Con los regímenes
descritos, ésta suele
controlarse de manera adecuada
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