Hiperuricemia (Ácido úrico)
La hiperuricemia es el incremento de las
concentraciones de ácido úrico en la sangre en ausencia de cualquier otra
sintomatología. Es un dato de laboratorio y no una enfermedad.
El ácido úrico es el producto final del metabolismo
de unas sustancias llamadas purinas y su formación tiene lugar principalmente
en el hígado.
El carácter patógeno (enfermedad) del ácido úrico
se debe a la solubilidad relativamente baja en el líquido extracelular.
Las concentraciones en personas sanas oscilan en
torno a los 1,200 mg. Por lo tanto, la uricemia (concentraciones de ácido úrico
en sangre) es un parámetro que está condicionado por el equilibrio entre la
producción y la eliminación de uratos.
En cuanto a su eliminación, el 75% es por la vía
urinaria y el 25% restante se elimina a través de las secreciones biliares, del
páncreas y gastrointestinales.
Las purinas se pueden encontrar en algunos
alimentos y bebidas.
El sobrepeso y la obesidad, así como el consumo en
exceso de carne roja (cerdo, res, ternera), vísceras de animales, embutidos,
mariscos, garbanzos, lentejas y guisantes, además de bebidas alcohólicas,
favorecen la elevación del ácido úrico; de no tratarse oportunamente se
convertirá en gota y dañará las articulaciones, y de manera permanente manos y
pies.
Sin embargo, se puede evitar la hiperuricemia
manteniendo una alimentación saludable que incluya cinco raciones al día de
verduras verdes y frutas, cereales, leguminosas y carnes magras en poca
cantidad, así como tomar diariamente, por lo menos, dos litros de agua natural
y hacer ejercicio físico.
Esto no quiere decir que no se pueda comer ningún
alimento de origen animal, sino que se debe escoger aquellos que hacen un menor
aporte de purinas al organismo, como carnes sin grasa, o pescado, huevo y sus
derivados (raciones máximas de entre 80 y 100 gramos), así como pollo sin piel.
Existe una primera fase de la hiperuricemia, que
normalmente se cursa de forma asintomática, cuando los valores de ácido úrico
se encuentran por debajo de 9 mg/dl; pero si se deja avanzar, las posibilidades
de sufrir gota aumentan significativamente.
Así, con el paso de los años, los síntomas como
dolor e inflamación de una articulación, generalmente del pie (dedo gordo,
empeine del pie), tobillo y con menos frecuencia la rodilla, son más frecuentes
y prolongados, aumentando el peligro de sufrir de litiasis renal; es decir, la
formación de piedras en los conductos renales, debido a que el ácido úrico en
gran cantidad se “estaciona” en dichos conductos; estos padecimientos afectan
principalmente a hombres entre los 30 y 40 años que gustan de comer mucha carne
y beber cerveza.
Nefrolitiasis
La litiasis (piedras) por ácido úrico representa
entre un 5-10% de todos los tipos de litiasis renal, aunque en algunos países
puede llegar a constituir el 75% de todas las litiasis.
La litiasis por ácido úrico aparecen tanto en
situaciones de hiperuricemia como en casos de hiperuricosuria en ausencia de
hiperuricemia.
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Los pacientes con gota primaria tienen una
incidencia de litiasis renal de un 10-20%; mientras que, en pacientes con gota
secundaria la incidencia puede llegar a un 44%.
En la gota primaria, la litiasis puede ser de tres
tipos: litiasis de ácido úrico puro (80%), litiasis de oxalato-cálcico (10%) y
litiasis mixtas (10%).
Una serie de factores favorecen la aparición de
litiasis úrica, los más importantes son:
· Poco volumen
urinario,
· pH urinario ácido,
· Grado de
hiperuricemia e hiperuricosuria.
Nefropatía aguda por ácido úrico
El término de nefropatía aguda por ácido úrico se
refiere a la precipitación de éste en la luz de los túbulos renales,
condicionando una nefropatía aguda obstructiva.
Esta situación ocurre cuando se generan grandes
cantidades de ácido úrico con la consiguiente hiperexcresión urinaria; es un
proceso tratable y reversible.
Las situaciones clínicas más habituales ocurren en el contexto de procesos mielo y linfoproliferativos (cáncer), especialmente tras tratamiento quimioterápicos que condicionan una lisis celular masiva con liberación de grandes cantidades de ácidos nucléicos que se transforman en ácido úrico.
Nefropatía crónica por ácido úrico
Las situaciones clínicas más habituales ocurren en el contexto de procesos mielo y linfoproliferativos (cáncer), especialmente tras tratamiento quimioterápicos que condicionan una lisis celular masiva con liberación de grandes cantidades de ácidos nucléicos que se transforman en ácido úrico.
Nefropatía crónica por ácido úrico
El término nefropatía crónica por ácido úrico o
nefropatía crónica gotosa se refiere a la nefropatía que acompaña a la gota
primaria y se caracteriza por la presencia en el intersticio renal de cristales
de urato monosódico.
Gota – plomo – insuficiencia renal
Ya que la hiperuricemia no parece ser la principal
responsable de la aparición de insuficiencia renal en pacientes con artritis
gotosa, se ha propuesto al plomo ( Pb ) como responsable de ambos por cuanto
produce hiperuricemia con episodios de gota y lesión renal con insuficiencia
renal.
El ácido úrico en la insuficiencia
renal crónica
La elevación del ácido úrico en plasma es un fenómeno universal de la insuficiencia renal, ya que el riñón es su principal vía de eliminación.
La elevación del ácido úrico en plasma es un fenómeno universal de la insuficiencia renal, ya que el riñón es su principal vía de eliminación.
No obstante, la cifra del ácido úrico no suele
pasar de 10 mg / dl, y si se encuentran cifras más elevadas se debe buscar
algún factor sobreañadido que justifique tal elevación.
Ante estos problemas, que limitarán la vida social
y laboral de la persona afectada y de quienes le rodean, los expertos
recomiendan acudir al médico para pedir asesoría en cuanto a una dieta adecuada
a la edad, sexo, actividad física y estilo de vida, con el fin de comenzar una
existencia más saludable.
Consejos para evitar la elevación del ácido úrico y
también enfermedades como hipertensión, diabetes, problemas cardiovasculares y
ateroesclerosis:
1.
Mantener un peso adecuado con base en una alimentación saludable (cinco
raciones de frutas y verduras, y carne con poca grasa)
2. Cocinar y preparar
los alimentos con aceite vegetal o de olivo
3. Beber dos litros de
agua al día
4. Realizar ejercicio
aeróbico de forma constante
5. Llevar una vida
tranquila con el menor estrés posible
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