1.
Orzuelo
El orzuelo es un absceso estafilocócico frecuente que se
caracteriza
por un área localizada roja, tumefacta y dolorosa a la palpación, en el párpado superior o inferior (fig. 7-1). El orzuelo interno es un absceso en las glándulas de Meibomio que se abre a la superficie conjuntival del párpado; el orzuelo externo es más pequeño y se sitúa en el borde. al, Helvetica,
sans-serif;">Son útiles las compresas calientes. Puede estar indicado el drenaje quirúrgico si no se inicia la resolución en el transcurso
de
48 h. Durante la etapa aguda suele ser beneficioso un ungüento de antibióticos (bacitracina o eritromicina) aplicado en el párpado cada 3 h. El orzuelo interno puede originar celulitis generalizada del párpado.
2. Chalazión El chalazión es una
inflamación granulomatosa frecuente de las glándulas de Meibomio que
puede ser consecutiva a un orzuelo
p> interno (fig. 7-1). Se caracteriza por
tumefacción dura, no dolorosa a la palpación, que se
localiza en el párpado superior o inferior con hiperemia conjuntival y
tumefacción de la conjuntiva adyacente. Si el chalazión
es bastante grande para incluir la córnea, afecta la visión.
El tratamiento suele consistir en incisión y raspado pero también es
eficaz la inyección de corticoesteroides. Gilchrist H et al. Management of chalazia in general
practice. Aust Fam
Physician. 2009
May;38(5):311–4. [PMID: 19458801] 3. Blefaritis La blefaritis es un
padecimiento inflamatorio bilateral crónico frecuente
de los bordes palpebrales. La blefaritis
anterior afecta la piel del párpado, pestañas y glándulas adjuntas; puede ser
ulcerosa,
por infección estafilocócica, o seborreica, en relación con seborrea del cuero cabelludo, cejas y orejas. La blefaritis posterior resulta de la inflamación de las glándulas de Meibomio. Es posible que haya infección bacteriana, en particular
estafilocócica,
o se observe disfunción glandular primaria, que tiene un sólido nexo con el acné rosáceo. _
Manifestaciones clínicas Los
síntomas de blefaritis son irritación, ardor y prurito. En la blefaritis anterior, los ojos
muestran un “reborde rojo” y es posible observar escamas o
granulaciones adheridas a las pestañas. En la blefaritis posterior, los
bordes palpebrales se encuentran hiperémicos con
telangiectasias; las glándulas de Meibomio y sus orificios
están inflamados, con dilatación glandular, taponamiento de los orificios y secreciones anormales. Es común observar el borde palpebral enrollado hacia adentro, lo que produce un
entropión
leve; las lágrimas pueden ser espumosas o anormalmente grasosas. La blefaritis es causa común
de conjuntivitis recurrente. La blefaritis anterior y en
especial la posterior pueden complicarse con orzuelos y chalaziones;
posiciones anormales del párpado o de las pestañas que causan
triquiasis; queratitis epitelial del tercio inferior
de la córnea; infiltrados corneales marginales; y vascularización y adelgazamiento de la córnea inferior.
_ Tratamiento La blefaritis anterior por lo general se controla con
limpieza de los
bordes palpebrales, así como de cejas y cuero cabelludo. Las
escamas
deben retirarse de los párpados todos los días con toallas
calientes
o hisopos de algodón y champú para bebé. En las exacerbaciones agudas se emplea todos los días un ungüento oftalmológico antibiótico con actividad antiestafilocócica, como bacitracina o eritromicina, que se aplica en los bordes de los párpados. En casos graves son útiles los estudios de sensibilidad a los antibióticos. En la blefaritis
posterior leve suele ser
suficiente exprimir en forma regular las glándulas
de Meibomio para controlar los síntomas. La inflamación de la
conjuntiva y la córnea indica que es necesario un tratamiento más
activo que incluya antibioticoterapia por vía oral en dosis bajas
por tiempo prolongado, por lo general con tetraciclina (250 mg
cada 12 h), doxiciclina (100 mg una vez al día), minociclina
(50 a 100 mg una vez al día) o eritromicina (250 mg
cada 8 h), y posiblemente corticoesteroides tópicos por periodos cortos (p. ej., prednisolona, 0.125% cada 12 h). Puede ser útil el tratamiento tópico con antibióticos, como
solución
oftálmica de ciprofloxacina al 0.3% dos veces al día, pero debe restringirse a cursos cortos. 4. Entropión y ectropión El entropión (párpado girado
hacia adentro, por lo general el inferior) ocurre de manera ocasional
en personas de edad avanzada por degeneración de la
fascia palpebral, o puede ser consecutivo a cicatrización extensa de
la conjuntiva y el tarso. Está indicada la corrección quirúrgica
cuando las pestañas frotan la córnea. También pueden utilizarse
inyecciones de toxina botulínica para corregir de manera temporal
el entropión involutivo del párpado inferior en ancianos. El ectropión (párpado inferior girado hacia afuera) es común en personas de edad avanzada. Está indicada la intervención
quirúrgica
si hay epífora intensa, queratitis por exposición o un problema estético. 5. Tumores Los tumores en párpados por lo común son benignos; la neoplasia maligna más frecuente es el carcinoma basocelular. También aparecen en ocasiones carcinoma espinocelular, carcinoma de la glándula de Meibomio y melanoma maligno. Las operaciones de las lesiones ubicadas en el borde palpebral debe realizarlas un oftalmólogo o un cirujano plástico con el entrenamiento
correspondiente
para no deformar el párpado. Las demás lesiones pequeñas puede tratarlas cualquier médico que no sea oftalmólogo. De manera sistemática se realiza un estudio histopatológico de los tumores del párpado, dado que 2% de las lesiones con aspecto benigno puede ser maligno. La técnica de Mohs, que consiste en la revisión intraoperatoria del tejido extirpado, es de particular utilidad para garantizar la ablación completa, lo cual reduce el riesgo de recurrencia. Bernardini FP. Management of malignant and benign eyelid
lesions. Curr Opin Ophthalmol. 2006
Oct;17(5):480–4. [PMID: 16932064] 6. Dacriocistitis Este padecimiento consiste en una infección del saco lagrimal por obstrucción del sistema nasolagrimal. Puede ser aguda o crónica y ocurre con mayor frecuencia en lactantes y personas mayores de 40 años. Casi siempre es unilateral. Los microorganismos infecciosos comunes en la dacriocistitis aguda son Staphylococcus
aureus y estreptococos
hemolíticos β, y en la crónica Staphylococcus epidermidis, estreptococos anaerobios o Candida
albicans.
La dacriocistitis aguda se caracteriza por dolor, tumefacción, hipersensibilidad e hiperemia conjuntival en el área del saco
lagrimal;
puede exprimirse material purulento. En la crónica, los principales signos son epífora y secreción, y en ocasiones se obtiene pus o moco con la compresión. La dacriocistitis aguda
responde bien a la antibioticoterapia sistémica. La obstrucción
suele aliviarse con corrección quirúrgica programada, pero en casos
agudos puede requerirse una intervención urgente. Es posible conservar
en forma latente la forma crónica e inactiva a base de
antibióticos, pero la única cura es eliminar la obstrucción. En
los adultos el método estándar para corregir la obstrucción del
drenaje lagrimal es la dacriocistorrinostomía, que
incluye la exploración quirúrgica del saco lagrimal y la elaboración de una fístula que drene hacia la cavidad nasal;
si
es necesario la técnica en cuestión se puede complementar con la intubación nasolagrimal. Otras posibilidades son la
dacriocistorinostomía por endoscopia asistida con
láser y la dilatación con globo, o el sondeo del
sistema nasolagrimal. La obstrucción congénita del
sistema mencionado es frecuente y a menudo muestra resolución espontánea; se le trata por sondeo de dicho sistema, complementado por la intubación del mismo o la dilatación con sonda con balón, si es necesaria. Rara vez se necesita la
dacriocistorrinostomía. Fayers T et al. Lacrimal surgery success after external
dacryocystorhinostomy: functional and anatomical results using
strict outcome criteria. Ophthal Plast Reconstr Surg. 2009 Nov–Dec;
25(6):472–5. [PMID: 19935252] Takahashi Y et al. Management of congenital nasolacrimal
duct obstruction. Acta Ophthalmol. 2009 Jul 21. [Epub ahead
of print] [PMID: 19681790]
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