LESIONES PIGMENTADAS
NEVOS MELANOCÍTICOS
(lunares normales)
Por lo regular, un nevo benigno es una
lesión pequeña (<6 mm)
bien circunscrita con un
borde bien definido y una coloración
beige o rosa a pardo
oscuro. La exploración física es más importante
que el interrogatorio.
Los nevos tienen una
evolución normal. En el primer decenio
de vida del paciente,
aquéllos suelen aparecer como lesiones pardas,
pequeñas, planas. Se llaman
nevos de unión porque las células
de la lesión se encuentran
en la unión de la epidermis y la
dermis. Durante las dos
décadas siguientes, estos nevos crecen de
tamaño y con frecuencia se
elevan, lo cual indica la aparición
de un componente dérmico,
que da lugar a un nevo compuesto
(fig. 6-1). Los nevos
pueden oscurecerse y crecer durante el embarazo.
A medida que los pacientes
caucásicos pasan a su séptimo
y octavo decenios de edad,
casi todos los nevos pierden su componente
de unión y pigmentación. No
obstante, en todas las etapas
de la vida, los nevos
normales deben estar bien delimitados,
ser simétricos y tener un
contorno y color uniformes.
Bishop JN et al. The prevention, diagnosis, referral
and management of
melanoma of the skin: concise guidelines. Clin Med.
2007 Jun;7(3):
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U.S. Preventive Services Task Force. Ann Intern Med.
2009 Feb 3;
150(3):194–8. [PMID: 19189909]
Cuadro 6–2. Fármacos dermatológicos tópicos útiles. (Continuación)
|
Fármaco
|
Formulaciones
|
y concentraciones
Aplicación
|
Clase de
|
potencia Indicaciones
frecuentes Comentarios
|
Ceratopic cream Crema:
120 g Cada 12 h N/A Xerosis, eccema Contiene ceramida; humectante
|
antiinflamatorio y no
grasoso
|
U-lactin Loción: 240
ml
|
Sin prescripción
|
Una vez al día N/A
Hiperqueratosis de talones Humedece y retira la queratina
|
1Tacrolimús
y pimecrolimús tópicos deben usarse sólo cuando los demás tratamientos
tópicos son ineficaces. El tratamiento debe limitarse a una zona y
|
una duración lo más pequeñas
posible. Deben evitarse estos fármacos en personas con inmunodepresión
conocida, infección por VIH, trasplante de médula
|
ósea y órganos, linfoma, alto
riesgo de padecer linfoma y aquellos con antecedente de linfoma.
|
N/A, no aplicable.
|
102 2011
NEVOS ATÍPICOS
El término “nevo atípico”
ha sustituido al de “nevo displásico”. El
diagnóstico de nevos
atípicos se establece por medios clínicos y
no con un estudio
histopatológico, y los nevos sólo deben extirparse
si se sospecha que son
melanomas. Desde el punto de vista
clínico, estos nevos son
grandes (6 mm de diámetro o mayores)
con un borde irregular, mal
definido y con pigmentación heterogénea
(fig. 6-2). Se estima que 5
a 10% de la población estadounidense
tiene uno o más nevos
atípicos. Los estudios definieron un
riesgo mayor de melanoma en
las poblaciones siguientes: individuos
con 50 nevos o más, con uno
o más nevos atípicos, nevo que
mide más de 8 mm de tamaño
y enfermos con unos cuantos a
muchos nevos que sin duda
son atípicos. Estos pacientes deben
recibir orientación y ser
vigilados de manera periódica (por lo
general cada seis a 12
meses). Los antecedentes de melanoma familiar
(múltiples nevos atípicos y
un antecedente familiar fuerte)
ameritan una atención
incluso más rigurosa, ya que el riesgo de
generar melanomas simples o
incluso múltiples en estos sujetos se
aproxima a 50% alrededor de
los 50 años de edad.
Cyr PR. Atypical moles. Am Fam Physician. 2008 Sep 15;78(6): 735–40.
|
[PMID: 18819240]
|
de Snoo FA et al. From sporadic atypical
nevi to familial melanoma: risk
|
analysis for melanoma in sporadic atypical nevus
patients. J Am Acad
|
Dermatol. 2007 May;56(5):748–52. [PMID: 17276542]
|
NEVOS AZULES
Los nevos azules son
lesiones pequeñas, un poco elevadas, de
color negro azuloso (fig.
6-3); son frecuentes en personas de origen
asiático y un solo
individuo puede tener varios de ellos. Si no
muestran alteraciones
durante muchos años, estas lesiones pueden
considerarse benignas, ya
que son infrecuentes los nevos
azules malignos. Sin
embargo, pápulas y nódulos de color azuloso-
negruzco nuevos o que
aumentan de tamaño deben valorarse
para descartar un melanoma
nodular.
Bogart MM et al. Blue nevi: a case report and review
of the literature.
Cutis. 2007 Jul;80(1):42–4.
[PMID: 17725063]
PECAS Y LENTIGOS
Las pecas (efélides) y los
lentigos son manchas pardas planas. Las
pecas aparecen por primera
vez en preescolares, se oscurecen con
la exposición a la luz
ultravioleta y palidecen cuando cesa la exposición
al sol. En adultos, los
lentigos aparecen en forma gradual
en áreas expuestas al sol,
sobre todo el dorso de las manos, parte
superior de la espalda y
parte superior del pecho, a partir del
cuarto o quinto decenio de
edad. En la parte superior de la espalda
pueden tener borde
irregular (lentigos en mancha de tinta).
No se desvanecen cuando se
suspende la exposición solar. Las
pecas han de valorarse como
todas las lesiones pigmentadas: si la
pigmentación es homogénea y
son simétricas y planas, es muy
probable que sean benignas.
Pueden tratarse con tretinoína tópica
al 0.1%, tazaroteno al
0.1%, 4-hidroxianisol al 2% con 0.01% de
tretinoína, tratamiento con
láser y crioterapia.
QUERATOSIS SEBORREICA
Ésta consiste en placas
benignas, de color beige a pardo o incluso
negro, de 3 a 20 mm de
diámetro, con superficie aterciopelada o
verrugosa (fig. 6-4). Las
lesiones parecen pegadas o pintadas en la
piel. Son en extremo
frecuentes (sobre todo en las personas de
edad avanzada) y pueden
confundirse con melanomas u otros
tipos de neoplasias
cutáneas. Aunque es posible congelarlas con
nitrógeno líquido o
rasparse si causan prurito o están inflamadas,
no requieren tratamiento.
Askari SK et al. Evaluation of
prospectively collected presenting signs/
symptoms of biopsy-proven melanoma, basal cell
carcinoma, squamous
cell carcinoma, and seborrheic keratosis in an elderly
male population.
J Am Acad Dermatol. 2007 May;56(5):739–47. [PMID:
17258839]
MELANOMA MALIGNO
_ Puede ser plano o elevado.
_ Debe sospecharse en cualquier lesión cutánea pigmentada
con cambio reciente del aspecto.
_ La exploración con buena luz puede mostrar colores variables,
como rojo, blanco, negro y
azuloso.
_ Los bordes suelen ser irregulares.
BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
_ Generalidades
El melanoma maligno es la
principal causa de muerte por enfermedad
de la piel. Existen
alrededor de 62 000 casos de melanoma
en Estados Unidos cada año,
35 000 en varones (representan 5% de
todos los cánceres en
varones) y 27 000 casos en mujeres (representan
4% de todos los cánceres en
mujeres). Uno de cada cuatro
casos de melanoma ocurre
antes de los 40 años de edad. La supervivencia
general para los melanomas
en personas de raza blanca se
ha elevado de 60% entre
1960 y 1963 hasta 91% en la actualidad,
sobre todo por la detección
más temprana de las lesiones.
El factor aislado más importante
para el pronóstico es el espesor
del tumor. Los índices de
supervivencia a 10 años (en relación
con el espesor en
milímetros) son como sigue: mayor de 1 mm,
95%; 1 a 2 mm, 80%; 2 a 4
mm, 55%, y mayor de 4 mm, 30%.
Cuando aparecen metástasis
en los ganglios linfáticos, la supervivencia
a cinco años es de 30%; si
surgen metástasis a distancia,
aquélla es menor de 10%.
_ Manifestaciones clínicas
Los melanomas malignos
primarios pueden clasificarse en varios
|
tipos
clinicohistológicos, como melanoma lentigo maligno (el
|
Nevo azul en la mejilla
izquierda, con cierto
|
parecido a un melanoma. (Por cortesía de Richard P. Usatine,
|
MD; usada con autorización de
Usatine RP, Smith MA, Mayeaux EJ
|
Jr,
Chumley H, Tysinger J. The Color Atlas of Family Medicine.
|
McGraw-Hill, 2009.) Queratosis seborreica “con
apariencia de estar
|
pegada”, pero con bordes
irregulares y variación de color sospechosa
|
de posible melanoma. (Por cortesía de Richard P.
|
Usatine, MD; usada con
autorización de Usatine RP, Smith MA,
|
Mayeaux
EJ Jr, Chumley H, Tysinger J. The Color Atlas of Family
|
Medicine. McGraw-Hill, 2009.)
|
104 2011
cual surge en la piel de
individuos de edad avanzada que se han
expuesto al sol de manera
prolongada); melanoma maligno superficial
diseminado (66% de éstos
aparece en piel expuesta al sol
de modo intermitente);
melanoma maligno nodular; melanoma
lentiginoso acral (surge en
las palmas de las manos, las plantas de
los pies y los lechos
ungueales); melanomas malignos en mucosas.
Las características
clínicas de las lesiones pigmentadas con
sospecha de melanoma son un
borde irregular elevado en el cual
parece escapar el pigmento
hacia la piel normal circundante; así
como una topografía que
puede ser irregular, es decir, en parte
elevada y en parte plana
(figs. 6-5 y 6-6). Hay variación del color,
y los colores rosa, azul,
gris, blanco y negro son indicaciones para
enviar al paciente con un
especialista. Una mnemotecnia útil es la
regla del ABCD: “ABCD = asimetría, borde irregular, color variegado
y diámetro mayor de 6 mm”.
Puede añadirse “E” de evolución.
El antecedente de
modificación de un nevo (evolución) es la
razón aislada de mayor
importancia para la valoración y el envío
con un especialista. La
hemorragia y la ulceración constituyen
signos de mal pronóstico.
Un nevo que destaca entre otras lesiones
similares requiere estudio
especial: “signo del patito feo”. Un
paciente con un gran número
de nevos tiene, por estadística, un
riesgo mayor de melanoma y
amerita una exploración cuidadosa
y periódica, en particular
si las lesiones son atípicas. Siempre es
apropiado enviar con el
especialista a los individuos con lesiones
pigmentadas sospechosas.
Si bien el melanoma superficial
diseminado es en gran parte
una enfermedad de
caucásicos, las personas de otros grupos étnicos
tienen el riesgo de padecer
otros tipos de melanoma, en particular
el lentiginoso acral.
Aquéllos aparecen como lesiones oscuras,
en ocasiones con forma
irregular, en las palmas de las
manos y las plantas de los
pies y como estrías longitudinales de
pigmentación oscura nuevas,
con frecuencia amplias y solitarias
en las uñas. A veces es
difícil diagnosticar el melanoma lentiginoso
acral porque las lesiones
pigmentadas benignas de las manos,
los pies y las uñas ocurren
muchas veces en individuos de pigmentación
oscura, y algunos médicos
dudan de tomar biopsias de
las palmas de las manos,
las plantas de los pies y los lechos ungueales.
Como resultado, suele
retrasarse el diagnóstico hasta que
el tumor se ha tornado
evidente desde el punto de vista clínico e
histológicamente grueso.
Los médicos deben prestar especial
atención a lesiones nuevas
o cambiantes en estas áreas.
La dermoscopia (uso de un
dispositivo de amplificación especial
para valorar lesiones
pigmentadas) ayuda a seleccionar anomalías
sospechosas que requieren
biopsia. En manos expertas, la
especificidad es de 85% y
la sensibilidad de 95%.
_ Tratamiento
Éste consiste en la
extirpación del melanoma. Después del diagnóstico
histológico, suele
eliminarse de nuevo el área con márgenes
indicados por el grosor del
tumor. Las neoplasias delgadas de
riesgos bajo e intermedio
sólo requieren márgenes conservadores
de 1 a 3 cm. De manera más
específica, se recomiendan márgenes
quirúrgicos de 0.5 cm en el
melanoma in situ y de 1 cm para lesiones
menores de 1 mm de espesor.
La biopsia del ganglio
linfático centinela (linfadenectomía selectiva)
con gammagrafía de ganglio
linfático en el preoperatorio
y mapeo linfático
transoperatorio, permite establecer la etapa en
individuos con melanoma con
riesgo intermedio sin adenopatía
clínica, y se recomienda en
todos los enfermos con lesiones mayores
de 1 mm de espesor o
características histopatológicas de
alto riesgo. Es
indipensable enviar a los enfermos con riesgo intermedio
y alto a centros
especializados en melanomas.
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105TRASTORNOS DESCAMATIVOS
DERMATITIS ATÓPICA
(eccema)
_ Exantema pruriginoso, exudativo o liquenificado en cara,
cuello, parte superior del
tronco, muñecas y manos, así
como en los pliegues
antecubitales y poplíteos.
_ Antecedente personal o familiar de manifestaciones alérgicas
(p. ej., asma, rinitis alérgica y
dermatitis atópica).
_ Tendencia a recurrir.
_ De inicio en la infancia en la mayor parte de los casos. El
comienzo después de los 30 años
de edad es muy poco
frecuente.
BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
_ Generalidades
El aspecto de la dermatitis
atópica varía con la edad y con el
grupo étnico. Los criterios
diagnósticos de la dermatitis atópica
deben incluir prurito,
morfología típica y distribución (liquenificación
en los pliegues de flexión,
eccema de manos, pezones y
párpados en los adultos),
con inicio en la infancia y cronicidad.
También son útiles: 1) los
antecedentes personales o familiares de
enfermedad atópica (asma,
rinitis alérgica, dermatitis atópica); 2)
la xerosis-ictiosis; 3) la
palidez facial con oscurecimiento infraorbitario;
4) el incremento de la
inmunoglobulina E (IgE) sérica, y
5) las infecciones cutáneas
repetidas.
_ Manifestaciones clínicas
A. Signos y síntomas
El prurito puede ser
intenso y prolongado. Las placas rojas, ásperas,
por lo general sin el
grosor y la demarcación de la soriasis
afectan la cara, el cuello
y la parte superior del tronco. A menudo
se alteran las zonas de
flexión de codos y rodillas. En casos crónicos
la piel es seca, correosa y
liquenificada. Las personas pigmentadas
pueden tener placas
hipopigmentadas mal delimitadas (pitiriasis
alba) y éstas se observan a
menudo en las mejillas y las
extremidades. En pacientes
de raza negra con enfermedad grave,
quizá se pierda la pigmentación
en áreas liquenificadas. Durante
las exacerbaciones agudas,
a menudo se extiende el eritema con
exudación, ya sea difusa o
en placas definidas.
B. Datos de laboratorio
La alergia alimentaria es
una causa poco frecuente de exacerbaciones
de dermatitis atópicas en
adultos. Las pruebas de radioalergosorbencia
sérica (RAST) o las pruebas
cutáneas pueden
sugerir alergia por ácaros
del polvo. Tal vez se encuentre eosinofilia
y aumento de las
concentraciones séricas de IgE.
_ Diagnóstico diferencial
La dermatitis atópica debe
diferenciarse de la dermatitis seborreica
(menos pruriginosa,
afección frecuente de cuero cabelludo y
cara, lesiones grasosas y
escamosas, así como respuesta rápida al
tratamiento). Las
infecciones secundarias por estafilococos pueden
exacerbar la dermatitis
atópica y deben tenerse en cuenta
durante las crisis
hiperagudas de secreción de la dermatitis atópica.
La formación de fisuras en
el punto de unión del lóbulo de la
oreja y el cuello es un
signo cardinal de infección secundaria.
Puesto que casi todos los
pacientes con dermatitis atópica tienen
afecciones cutáneas antes
de los cinco años, un diagnóstico nuevo
de dicha dermatitis en un
adulto mayor de 30 años de edad debe
establecerse con precaución
y sólo después de una interconsulta
con el dermatólogo. Las
dermatitis similares a la atópica vinculadas
con un aumento notorio de
inmunoglobulina E; los abscesos
estafilocócicos
recurrentes, a veces fríos; la neumonía recurrente
con formación de
neumatocele, y la retención de la dentición
primaria pueden indicar el
síndrome de hiper-IgE.
_ Tratamiento
Es crucial instruir al
paciente sobre la manera exacta de cuidar la
piel y de aplicar los
medicamentos para que el tratamiento de
la dermatitis atópica surta
efecto.
A. Medidas generales
Los individuos con atopia
tienen una piel muy sensible. Cualquier
factor que la seca o la
irrita tiene la posibilidad de originar dermatitis.
Los sujetos con atopia son
sensibles a la humedad baja y
suelen empeorar en el
invierno. Los adultos con trastornos atópicos
no deben bañarse más de una
vez al día. El jabón debe limitarse
a las axilas, las ingles,
el cuero cabelludo y los pies. No han
de utilizar paños para
lavar ni cepillos. Después de enjuagar, es
necesario secar la piel con
golpecitos suaves (no frotarse) y, a continuación,
cubrirse de inmediato (en
el transcurso de 3 min) con
una película delgada de un
emoliente, petrolato, o un corticoesteroide
según se requiera. En
Estados Unidos, es posible usar un
producto especial si se
sospecha dermatitis por contacto con aditivos
de medicamentos. Los
pacientes con atopia pueden irritarse
con telas ásperas, como
lanas y acrílicos. Son preferibles los paños
de algodón, pero también se
toleran las mezclas de fibras sintéticas.
Otros desencadenantes de
eccema en algunas personas son la
sudación, los ungüentos, el
baño caliente y la caspa de animales.
En adultos, las alergias
alimentarias constituyen una causa muy
inusual de dermatitis
atópica o de sus exacerbaciones.
B. Tratamiento local
Deben aplicarse
corticoesteroides con moderación en la dermatitis
una o dos veces al día y
frotarse bien. Su potencia debe ser
apropiada para la gravedad
de la dermatitis. En general, es posible
comenzar con triamcinolona
al 0.1% o un corticoesteroide más
106 2011
potente y, a continuación,
disminuirse de manera gradual a hidrocortisona
u otro corticoesteroide un
poco más potente. Es
indispensable que el
paciente reduzca de modo gradual los corticoesteroides
y los sustituya por
emolientes cuando mejora la
dermatitis a fin de evitar
los efectos adversos de esos fármacos.
También es importante
disminuirlos poco a poco para evitar las
exacerbaciones por rebote
de la dermatitis, las cuales pueden
surgir cuando se
interrumpen de forma súbita. Los ungüentos de
tacrolimús (0.03 o 0.1%) y
pimecrolimús pueden ser eficaces en
el tratamiento de la
dermatitis atópica cuando se aplican dos
veces al día. Casi en 50%
de los pacientes que utilizan tacrolimús
y en 10 a 25% de los que
emplean pimecrolimús se siente ardor al
aplicarlos pero esto puede
eliminarse con la continuación del
tratamiento. Estos fármacos
al parecer no causan atrofia de la
piel, estrías ni otros
efectos adversos vinculados con los corticoesteroides
tópicos y son seguros para
usarse en el rostro e incluso
en los párpados.
La FDA emitió una
advertencia de recuadro negro para tacrolimús
y pimecrolimús tópicos
debido a las preocupaciones sobre
el desarrollo de linfoma de
células T. Estos fármacos deben utilizarse
muy poco y sólo cuando es
imposible contar con corticoesteroides
menos costosos. El
tacrolimús y el pimecrolimús deben
evitarse en individuos con
riesgo alto de linfoma (es decir, en
casos de infección por
virus de inmunodeficiencia humana
(VIH), inmunodepresión
yatrógena, linfoma previo). El tratamiento
de la dermatitis atópica se
rige por la etapa de la misma
(aguda/húmeda,
subaguda/escamosa o crónica/liquenificada).
1. Lesiones exudativas agudas. Es necesario usar agua o solución
de subacetato de aluminio o
avena coloidal, como baños o
apósitos húmedos, calmantes
o astringentes durante 10 a 30 min
dos a cuatro veces al día.
Las lesiones en las extremidades en
particular pueden vendarse
para protegerse por la noche. Deben
utilizarse corticoesteroides
de alta potencia después del baño,
pero sin aplicarlos en la
cara ni en los pliegues corporales. Tal vez
en esta etapa no se tolere
el tacrolimús. Quizá se necesiten corticoesteroides
sistémicos (véase más
adelante).
2. Lesiones subagudas o escamosas. En esta etapa, las lesiones
son secas, pero aún se
encuentran eritematosas y pruriginosas.
Deben continuarse los
corticoesteroides de potencia media o alta
en forma de ungüento, en
tanto desaparecen las lesiones cutáneas
elevadas y con descamación,
y disminuya de manera sustancial el
prurito. En este momento,
los pacientes deben reducir de modo
gradual los
corticoesteroides tópicos durante dos a cuatro semanas,
de dos veces al día a una
vez y luego a dosis en días alternos
hasta recurrir sólo a los
emolientes, con el uso ocasional de corticoesteroides
en áreas pruriginosas
específicas. En lugar de reducir
poco a poco la frecuencia
de utilización de un corticoesteroide
más potente, suele
preferirse cambiar a uno de potencia baja. El
tacrolimús y el
pimecrolimús son alternativas más costosas y
pueden añadirse si es
imposible suspender los corticoesteroides a
fin de evitar las
complicaciones del uso de estos medicamentos
tópicos por tiempo
prolongado.
3. Lesiones liquenificadas crónicas
secas. Las lesiones engrosadas
y por lo general bien
delimitadas se tratan mejor con ungüentos
de corticoesteroides de
potencia alta a ultraalta. La oclusión
nocturna durante dos a seis
semanas suele mejorar la
respuesta inicial. En
ocasiones, quizá sea beneficioso añadir preparaciones
de alquitrán como LCD
(detergente de licor carbónico)
al 10% en petrolato o
aceite mineral, o alquitrán de hulla al 2%.
4. Tratamiento de sostén. Una vez que mejoran los síntomas, se
recomienda aplicar de
manera constante humectantes eficaces
para evitar exacerbaciones.
En los individuos con enfermedad
moderada, el uso de
corticoesteroides tópicos sólo durante el fin
de semana puede evitar
exacerbaciones.
C. Tratamiento sistémico y
coadyuvante
Los corticoesteroides sistémicos
sólo están indicados en exacerbaciones
agudas graves. Las dosis de
prednisona por vía oral
deben ser lo bastante altas
para suprimir con rapidez la dermatitis,
y se comienza casi siempre
con 40 a 60 mg/día en adultos. A
continuación, se disminuye
de modo gradual la dosis hasta suprimirla
durante un periodo de dos a
cuatro semanas. Debido a la
naturaleza crónica de la
dermatitis atópica y a los efectos adversos
de los corticoesteroides
sistémicos por tiempo prolongado, no se
recomienda utilizar estos
medicamentos mucho tiempo para
tratamiento de sostén. Los
antihistamínicos clásicos pueden aliviar
el prurito intenso. Suelen
ser útiles hidroxizina, difenhidramina
o doxepina (se aumenta de
manera gradual la dosis para
evitar somnolencia). La
naltrexona oral beneficia a algunos pacientes.
Las fisuras, costras,
erosiones o pústulas son indicaciones
clínicas de infección
estafilocócica. Pueden ser útiles los antibióticos
sistémicos con actividad
contra estafilococos, como una
cefalosporina de primera
generación o doxiciclina, si se sospecha
la presencia de Staphylococcus aureus resistente a meticilina. Se
recomiendan cultivos a fin
de excluir S. aureus resistente a meticilina.
La fototerapia quizá sea un
auxiliar importante en pacientes
con afección grave, y
algunos individuos bien seleccionados
con una enfermedad
resistente se benefician de manera considerable
con el tratamiento mediante
luz ultravioleta B con alquitrán
de hulla o PUVA
([p]soralenos más luz ultravioleta A), o sin ellos.
En casos más graves y
resistentes pueden proporcionarse ciclosporina
por vía oral, mofetilo de
micofenolato, metotrexato o
azatioprina.
_ Complicaciones del
tratamiento
Los médicos deben vigilar
la aparición de atrofia de la piel. El
eccema herpético, una infección por herpes simple generalizada
que se manifiesta por
vesículas monomorfas, costras o erosiones
superpuestas en la
dermatitis atópica u otros procesos eccematosos
extensos, se trata de
manera aceptable con aciclovir por vía
oral, 200 mg cinco veces al
día, o aciclovir por vía intravenosa en
dosis de 10 mg/kg cada 8 h
(500 mg/m2 cada 8 h). El tacrolimús
y el pimecrolimús aumentan
el riesgo de eccema herpético.
Los pacientes con
antecedentes de dermatitis atópica o que la
padecen en el presente
tienen contraindicación absoluta para
la vacunación contra la
viruela, por el riesgo de eccema ulterior
a la inmunización
(infección diseminada por vacuna, con preferencia
en áreas con dermatitis).
Tal vez aparezca viruela vacunoide
generalizada en individuos
con dermatitis atópica que tienen
contacto con receptores de
vacunas recientes que aún presentan
pústulas o costras en los
sitios de vacunación. El eccema por inmunización
y la variolovacuna
generalizada son indicaciones
para inmunoglobulina de
variolovacuna.
_ Pronóstico
La dermatitis atópica sigue
un curso crónico o intermitente. Los
adultos afectados pueden
manifestar dermatitis sólo en las
manos. En la dermatitis
atópica, los factores de mal pronóstico de
TRASTORNOS DERMATOLÓGICOS 2011 107
persistencia hasta la vida
adulta incluyen inicio temprano en la
infancia, enfermedad
generalizada temprana y asma. Sólo 40 a
60% de estos pacientes
tiene remisiones duraderas.
Bieber T. Atopic
dermatitis. N Engl J Med. 2008 Apr 3;358(14):1483–94.
|
[PMID: 18385500]
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Brown S et al. Atopic
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LIQUEN SIMPLE CRÓNICO
(neurodermatitis
circunscrita)
_ Prurito y rascado crónicos.
_ Lesiones liquenificadas con líneas cutáneas exageradas
que recubren una placa escamosa
engrosada y bien circunscrita.
_ Predilección por nuca, muñecas, superficies externas de
antebrazos, extremidades inferiores,
escroto y vulva.
BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
_ Generalidades
El liquen simple crónico
expresa una conducta aprendida en la
que el paciente mismo
perpetúa el ciclo de prurito-rascado y es
muy difícil de modificar.
_ Manifestaciones clínicas
El prurito intermitente
incita al paciente a rascar las lesiones. En
ocasiones, el prurito es
tan intenso que interfiere con el sueño.
Aparecen placas
liquenificadas secas, correosas, hipertróficas en
cuello, tobillos o perineo
(fig. 6-7). Las placas son rectangulares,
engrosadas e
hiperpigmentadas y se exageran las líneas de la
piel.
_ Diagnóstico diferencial
Este trastorno puede
diferenciarse de lesiones en placas, como
soriasis (alteraciones
eritematosas con descamación blanquecina
en codos, rodillas, cuero
cabelludo y uñas), liquen plano (pápulas
poligonales violáceas, por
lo general más pequeñas) y dermatitis
numular (con forma de
moneda). El liquen simple crónico puede
complicar una dermatitis
atópica crónica.
_ Tratamiento
En las lesiones
extragenitales son eficaces los corticoesteroides
tópicos superpotentes, con
oclusión o sin ella, cuando se utilizan
dos veces al día durante
varias semanas. En algunos casos, es más
útil la cinta de
flurandrenólido, ya que impide el rascado y el
frotamiento de la lesión.
En ocasiones se obtiene la curación con
la inyección de acetónido
de triamcinolona en suspensión (5 a 10
mg/ml) en las lesiones.
También puede ser útil la oclusión continua
con un apósito hidrocoloide
flexible durante siete días a la
vez, por uno a dos meses.
Es necesario proteger el área y recomendar
al paciente que evite el
rascado. Para lesiones genitales,
véase la sección Prurito
anogenital.
_ Pronóstico
La enfermedad tiende a
remitir durante el tratamiento, pero suele
recurrir o manifestarse en
otro sitio.
SORIASIS
_ Placas eritematosas brillantes con descamación grisácea
(plateada), bien delimitadas,
casi siempre en rodillas,
codos y cuero cabelludo.
_ Alteraciones en las uñas, como depresiones y onicólisis
(separación de la placa de la uña
del lecho).
_ Prurito leve (habitual).
_ Puede acompañarse de artritis soriásica.
_ Los pacientes con soriasis tienen mayor riesgo de síndrome
metabólico y linfoma.
_ El estudio histopatológico casi nunca es útil y quizá cause
confusión.
BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
_ Generalidades
La soriasis es una
enfermedad inflamatoria crónica benigna, frecuente
de la piel, cuyo origen es
genético. La lesión o la irritación
de la piel normal tiende a
inducir lesiones de soriasis en el sitio
(fenómeno de Koebner). La
soriasis tiene algunas variantes, de las
cuales, la más frecuente es
la placa. La soriasis exantemática (en
gotas) consiste en una
miríada de lesiones de 3 a 10 mm de diámetro
y ocurre de forma ocasional
después de una faringitis estreptocócica.
Rara vez aparecen
modalidades graves que a veces
ponen en peligro la vida
(soriasis pustulosa y eritrodérmica generalizada).
La infección por VIH puede
acompañarse de soriasis en
placas o eritrodérmica
extensa de inicio repentino.
_ Manifestaciones clínicas
A menudo no hay síntomas,
pero puede surgir prurito y ser intenso.
Los sitios preferidos
abarcan cuero cabelludo, codos, rodillas,
palmas de las manos y
plantas de los pies, así como uñas (fig. 6-8).
Las lesiones son placas
rojas, muy bien definidas, recubiertas con
escamas plateadas (fig.
6-9). Tal vez se observe afección del glande
del pene y la vulva. En
ocasiones sólo se afectan los pliegues de
flexión (axilas, ingles).
Un punteado fino (“hoyuelos”) en las uñas
es muy indicativo de
soriasis. Con frecuencia, los individuos con
esta enfermedad poseen un
pliegue interglúteo de color rosado o
rojizo. No todos los
pacientes tienen manifestaciones en todos los
sitios, pero la aparición
de unos cuantos suele establecer el diagnóstico
cuando otras lesiones no
son típicas. Algunos enfermos
presentan dermatitis con
predominio en manos o pies y sólo manifestaciones
mínimas en otras regiones.
Tal vez se detecte artritis
concomitante, con mayor
frecuencia distal y oligoarticular, aunque
puede hallarse la variedad
reumatoide con factor reumatoide
negativo. El efecto
psicosocial de la soriasis es un factor importante
para decidir el tratamiento
del paciente.
_ Diagnóstico diferencial
Es diagnóstica la
combinación de placas rojas con escamas plateadas
en codos y rodillas, con
descamación en el cuero cabelludo o
datos ungueales (fig. 6-8).
Las lesiones soriásicas se encuentran
bien delimitadas y afectan
superficies extensoras, a diferencia de
la dermatitis atópica con
placas mal definidas de distribución en
áreas de flexión. En los
pliegues corporales, el raspado y el cultivo
para Candida y la exploración del cuero
cabelludo y las uñas permiten
distinguir la soriasis del
intertrigo y la candidosis. Las alteraciones
distróficas en las uñas
suelen simular onicomicosis pero,
TRASTORNOS DERMATOLÓGICOS 2011 109
una vez más, en el
diagnóstico es conveniente la exploración general
combinada con una
preparación en fresco con hidróxido de
potasio (KOH) o el cultivo
para hongos. Las características cutáneas
de la artritis reactiva
(síndrome de Reiter) simulan soriasis.
_ Tratamiento
Hay muchas opciones
terapéuticas en la soriasis de acuerdo con
la extensión (superficie
corporal afectada) y la presencia de otros
datos (p. ej., artritis).
Algunos fármacos, como los bloqueadores
β, los antipalúdicos, las estatinas y el litio, pueden exacerbar o
agravar la soriasis.
Incluso las dosis mínimas de corticoesteroides
sistémicos en pacientes con
soriasis tal vez originen graves exacerbaciones
por rebote de la enfermedad
cuando se reduce la
dosis. Nunca han de
suministrarse corticoesteroides sistémicos
para tratar las
exacerbaciones de la soriasis. En general, los sujetos
con soriasis moderada a
intensa deben ser atendidos por un
dermatólogo o con su
participación.
A. Enfermedad limitada
Para pacientes con
numerosas placas pequeñas, la fototerapia es la
mejor alternativa (véase
más adelante). Para pacientes con placas
más grandes y afección en
menos del 10% de la superficie corporal,
el régimen más sencillo es
usar un corticoesteroide tópico ultrapotente
en crema o ungüento. Es
mejor restringir estos últimos
a dos a tres semanas de
aplicación dos veces al día y luego
utilizarlos de modo
intermitente, tres a cuatro veces en fines de
semana o cambiar a un
corticoesteroide de potencia media. Los
corticoesteroides tópicos
rara vez inducen una remisión duradera.
Ellos pueden hacer que la
soriasis se torne inestable. Por tanto, a
menudo se añaden otras
medidas a la corticoterapia tópica. El
ungüento de calcipotrieno
al 0.005%, un análogo de la vitamina D,
se utiliza dos veces al día
en la soriasis en placas. Al inicio, los
pacientes reciben
tratamiento con corticoesteroides dos veces al
día aunado a calcipotrieno
dos veces al día. Ello cura las lesiones
con rapidez. A
continuación, se utiliza calcipotrieno solo una vez
al día y con el
corticoesteroide una vez al día por varias semanas.
Por último, se suspenden
los corticoesteroides tópicos y se continúa
por tiempo prolongado el
calcipotrieno una o dos veces al día.
Este último casi nunca se
aplica en la región inguinal o la cara
porque causa irritación. El
tratamiento de la soriasis extensa con
calcipotrieno puede generar
hipercalciemia; además, es incompatible
con muchos
corticoesteroides tópicos (pero no con el halobetasol),
de tal manera que si se
utiliza de modo simultáneo, debe
aplicarse en una hora
diferente. Los preparados de alquitrán, con
alguna crema (detergentes
de licor carbónico) al 10% en loción,
solos o mezclados de forma
directa con triamcinolona al 0.1%, son
complementos útiles cuando
se aplican dos veces al día. Se ha
demostrado que la oclusión
sola cura placas aisladas en 30 a 40%
de los casos. Se colocan
vendajes hidrocoloides delgados oclusivos
sobre las lesiones y se
dejan tal cual el mayor tiempo posible (un
mínimo de cinco días, hasta
siete días), luego se cambian. Es posible
observar respuestas en el
transcurso de varias semanas.
Para el cuero cabelludo,
debe comenzarse con un champú de
alquitrán, todos los días
si es posible. En caso de escamas gruesas,
se utiliza gel de ácido
salicílico al 6%, solución de fenol, aceite
mineral y glicerina o
acetónido de fluocinolona al 0.01% en aceite,
cubriendo el cuero
cabelludo con una gorra para baño por la
noche y con uso del champú
en la mañana. A fin de aumentar
la potencia, se dispone de
triamcinolona al 0.1%, o fluocinolona,
dipropionato de
betametasona, fluocinonida o amcinonida y
clobetasol en presentación
de solución para uso en el cuero cabelludo,
dos veces al día. En la
soriasis de los pliegues del cuerpo es
difícil el tratamiento, ya
que no pueden utilizarse corticoesteroides
potentes y otros fármacos
se toleran mal. Tal vez sean eficaces
el ungüento de tacrolimús
al 0.1 o 0.03% o una crema de pimecrolimús
al 1% en soriasis peniana,
inguinal y facial.
B. Enfermedad moderada
La soriasis que afecta 10 a
30% del área de superficie corporal del
sujeto a menudo se trata
con fototerapia ultravioleta, ya sea en un
consultorio médico o con
una luz casera. También pueden administrarse
los fármacos sistémicos
listados a continuación.
C. Enfermedad generalizada
Cuando la soriasis afecta
más de 30% de la superficie del cuerpo, es
difícil tratarla con
fármacos tópicos. El tratamiento de elección es
la exposición a luz
ultravioleta B de banda estrecha (NB-UVB)
como paciente externo tres
veces a la semana. La curación tiene
lugar en un promedio de
siete semanas, pero en ocasiones se requiere
tratamiento de sostén. La
soriasis grave que no responde a la
luz ultravioleta de forma
ambulatoria puede tratarse en un centro
para cuidado diurno de
soriasis con el régimen de Goeckerman, el
cual comprende el uso de
alquitrán de hulla sin refinar durante
muchas horas y exposición a
luz ultravioleta B. Este tratamiento
puede ofrecer la mejor
posibilidad de remisiones prolongadas.
La aplicación de soralenos
más luz ultravioleta A en ocasiones
es eficaz incluso en
individuos que no reaccionaron al tratamiento
estándar con luz
ultravioleta B de banda estrecha. La utilización
prolongada de soralenos más
luz ultravioleta A se acompaña
de un riesgo mayor de
cáncer de piel (en especial carcinoma epidermoide
y tal vez melanoma), en
particular en personas de tez
blanca. Como consecuencia,
es imprescindible examinar la piel
con periodicidad. Una
complicación frecuente son los lentigos
atípicos. En individuos de
tez clara, la piel envejece con rapidez.
No se han publicado casos
de aparición de cataratas con el uso
apropiado de anteojos
protectores. Los soralenos más luz ultravioleta
A pueden utilizarse en
combinación con otros tratamientos,
como acitretina o
metotrexato.
El metotrexato es muy
eficaz en soriasis graves en dosis de hasta
25 mg una vez a la semana.
Éste debe usarse de acuerdo con los
protocolos publicados. Al
inicio del tratamiento con metotrexato,
se obtiene una biopsia
hepática y se repite luego de un tiempo suficiente
para demostrar que el fármaco
es eficaz y bien tolerado, y
más tarde a intervalos que
dependen de la dosis acumulada, por lo
general 1.5 a 2 g. El
suministrar ácido fólico, 1 a 2 mg/día, evita la
náusea causada por el
metotrexato, sin alterar su eficacia.
La acitretina es un retinoide
sintético muy eficaz para el tratamiento
de la soriasis pustulosa en
dosis de 0.5 a 0.75 mg/kg/día.
Es indispensable medir de
forma periódica las enzimas hepáticas
y los lípidos séricos. La
acitretina es un teratógeno y persiste por
periodos prolongados en la
grasa; por tanto, las mujeres en edad
fértil deben aguardar por
lo menos tres años después de concluir
el tratamiento con
acitretina antes de embarazarse. Cuando los
retinoides se proporcionan
como fármacos aislados, causan aplanamiento
de las placas soriásicas,
pero casi nunca dan por resultado
su desaparición completa.
Los retinoides se utilizan además
combinados con fototerapia
(luz ultravioleta B o soralenos más
luz ultravioleta A), con la
cual actúan de manera sinérgica.
La ciclosporina mejora de
manera notable la soriasis y sirve
para controlar los casos
graves. La regla después de cesar el tratamiento
es una recurrencia rápida
(rebote), de tal manera que
110 2011
debe añadirse otro
medicamento si se suspende la ciclosporina.
Los inhibidores del factor
de necrosis tumoral (TNF) etanercept,
50 mg dos veces a la
semana, infliximab y adalimumab han mostrado
actividad antisoriásica. El
infliximab tiene una respuesta
más rápida y puede
prescribirse en caso de exacerbaciones pustulosas
o eritrodérmicas. El
etanercept se utiliza con mayor frecuencia
en el tratamiento a largo
plazo en dosis de 50 mg dos
veces a la semana durante
tres meses, después, la dosis disminuye
a 25 mg dos veces a la
semana. Los tres inhibidores del factor de
necrosis tumoral también
pueden inducir soriasis. Por lo general,
el alefacept tiene eficacia
moderada, pero en un pequeño porcentaje
de pacientes tiene una
efectividad drástica. Los anticuerpos
monoclonales contra
IL-12/23 (ustequinumab) también pueden
ser muy efectivos en la
soriasis y cabe considerar su empleo en
lugar de un inhibidor del
factor de necrosis tumoral.
_ Pronóstico
La evolución tiende a ser
crónica e impredecible y la enfermedad
puede ser resistente al
tratamiento. Los pacientes deben vigilarse
para detectar la aparición
del síndrome metabólico, que es más
frecuente en pacientes con
soriasis.
PITIRIASIS ROSADA
_ Exantema escamoso, oval, de color beige que sigue las
líneas de segmentación del
tronco.
_ La placa precursora precede al exantema en una o dos
semanas.
_ Prurito ocasional.
BASES PARA EL DIAGNÓSTICO
_ Generalidades
Es una enfermedad
inflamatoria aguda leve, ordinaria, 50% más
frecuente en mujeres. Se
afectan sobre todo adultos jóvenes, en
especial en la primavera o
el otoño. Se han publicado casos concurrentes
en el hogar.
_ Manifestaciones clínicas
A menudo hay prurito, pero
suele ser leve. El diagnóstico se establece
por el hallazgo de una o
más lesiones clásicas, que consisten
en placas ovales de color
beige hasta de 2 cm de diámetro (fig.
6-10). Los centros de éstas
tienen un aspecto rizado (“papel de
cigarrillo”) y una escama
en collarín, es decir, un pequeño trozo
de la escama unido en la
periferia y libre en el centro. Sin embargo,
en el exantema sólo unas
cuantas lesiones pueden tener este
aspecto característico. Las
lesiones siguen las líneas de segmentación
del tronco (la llamada
configuración “en árbol de Navidad”,
[fig. 6-11]) y suelen
afectarse las porciones proximales de las extremidades.
Asimismo, se presenta una
variante que afecta los
pliegues de flexión (axilas
e ingles), llamada pitiriasis rosada inversa,
y una modalidad papulosa,
sobre todo en los individuos de
raza negra. El exantema
general suele ir precedido una a dos semanas
por una lesión inicial (“placa
precursora”) con frecuencia
más grande que las lesiones
ulteriores. El exantema casi siempre
dura seis a ocho semanas y
sana sin cicatrización.
_ Diagnóstico diferencial
Debe efectuarse una prueba
serológica para sífilis si no se encuentran
por lo menos unas cuantas
lesiones perfectamente típicas
y, en especial, si hay
lesiones palmares y plantares o en mucosas
o adenopatía,
características que indican sífilis secundaria.
Para los inexpertos, es
razonable una prueba RPR (reagina plasmática
rápida) en todos los casos.
La tiña corporal puede manifestarse
con placas rojas, un tanto
escamosas, pero hay pocas lesiones
de esta tiña comparadas con
las múltiples lesiones de la
pitiriasis rosada. En
ocasiones aparece dermatitis seborreica en el
cuerpo con placas mal
delimitadas en el esternón, el área púbica
y las axilas. La tiña
versicolor, los exantemas víricos y los exantemas
farmacoinducidos pueden
parecer pitiriasis rosada.
2011 111
_ Tratamiento
La pitiriasis rosada casi
nunca requiere tratamiento. En los asiáticos,
los hispanoamericanos o las
personas de raza negra en quienes
las lesiones suelen
permanecer hiperpigmentadas durante
algún tiempo, quizás esté
indicado un régimen más enérgico. De
otro modo, las medidas
terapéuticas no están indicadas a menos
que el paciente manifieste
síntomas. Ningún tratamiento ha sido
útil en la pitiriasis
rosada en estudios comparativos y repetidos.
Casi todos los dermatólogos
recomiendan la utilización de luz
ultravioleta B o
prednisona, como se usa para la dermatitis por
contacto, en casos graves o
con síntomas muy importantes. En los
casos leves a moderados, se
pueden suministrar corticoesteroides
tópicos de potencia media
(triamcinolona al 0.1%) o también
antihistamínicos orales si
el prurito es incómodo. Hay informes
de que la eritromicina, 250
mg cuatro veces al día por vía oral
durante 14 días, elimina
las lesiones en 73% de los pacientes antes
de dos semanas (en
comparación con ninguno de los pacientes
que recibió placebo).
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